Capítulo 11- Encerrados

23 3 0
                                    

POV OLIVIA

Suspiré cuando sonó el timbre que indicaba que había terminado la última clase del día.

No os voy a mentir, si que pensé en escaquearme del castigo, pero hubiera sido una tontería, no quería meterme en más líos.

Mande un mensaje a Nils y a Clau diciendo que no me esperasen ya que me tenía que quedar y que más tarde les contaría lo ocurrido.

Me dirigí a la clase a la que se suponía que tenía que ir, pero nada más llegar vi a Aleix sentado en el suelo al lado de la puerta, con la espalda recargada en la pared.

-¿Qué haces ahí?- pregunté extrañada.

Aleix levantó la cabeza sin mucho interés para mirarme.

-Te estaba esperando.- y tras decir eso recargó su cabeza en la pared y cerró los ojos.

Yo jugué con mi manos nerviosa sin saber qué hacer, tenía que hablar con él sobre todo, necesitaba sacarme las dudas ya de la cabeza, pero tenía miedo de la contestación.

Estaba casi segura de que él no había sido, pero aún así necesitaba respuestas.

Había demasiadas preguntas que rondaban mi cabeza sobre él como...¿Quién era el chico del que hablaba el ex de Clau? o ¿Por qué no se llevaba bien con su primo o con Nils? y no puede faltar la más importante, ¿Por que me investigo cuando llegue? ¿Por qué a mi? ¿Y si había difundido el rumor de que yo era amiga de Clara?.

Me mordí el labio antes de hablar.

-Bueno, ya estoy aquí.

-Aja.- dijo poniéndose de pie y cogiendo su mochila con expresión aburrida.- Vamos.- comenzó a andar en dirección contraria a la clase.

Miré al chico que tenía delante confundida.

-¿Qué? ¿Pero no teníamos que estar aquí ahora?- masculle llamando su atención haciendo que se girase hacia mi.

-Si, pero has llegado tarde, otra vez...- yo sonreí algo incómoda rascándome el cuello.

-Lo sé, lo siento.- Aleix desvió su mirada a mi cuello donde un segundo antes había estado mi mano y tragó saliva.- Se me ha pasado un poquito el tiempo.

-No te preocupes- contestó.- Ya he hablado con el profesor y le he convencido para que podamos ir a la cafetería a comer algo antes de cumplir con el castigo de las tres horas.

-Y ¿Dónde está él?

Mire hacia los lados donde el pasillo estaba vacío y solo estaba iluminado con la luz que entraba de las escasas ventanas, incluso daba un poco de mal rollo.

-Ya está allí comiendo, le he dicho que iríamos juntos en unos minutos. Vamos.

Yo lo mire unos segundos antes de asentir y que él en consecuencia comenzase a andar camino a la cafetería en la cual, por cierto, no había estado hasta el momento.

¿Me acababa de decir que me había esperado para comer? ¿Juntos?

No pude evitar esbozar una pequeña sonrisa por el camino, pero enseguida borré la sonrisa negando con la cabeza.

Teníamos que hablar.

***

Nos sentamos en una mesa pequeña para dos personas, la cual estaba situada al lado del mostrador dónde se compraba la comida.

La cafetería era una pequeña habitación que contaba con un mostrador del cual en la parte trasera había un hombre que tomaba pedidos, más atrás estaba la cocina, dónde preparaban los encargos y en la zona tirando al exterior de la sala, se encontraban las mesas, las cuales eran muy pocas ya que para los alumnos está prohibido comer dentro, solo está pensado para profesores.

TenebrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora