Capítulo 13-Lo que pudo ser y no fue

18 4 2
                                    


POV OLIVIA

Tras el chasquido por el cual la luz se apago nos quedamos paralizados y confusos.

-¿Por qué se han apagado las luces?- dije tras respirar profundamente intentando no perder la calma.

Aleix miró entrecerrando los ojos repetidas veces a su alrededor, buscando algo con la mirada.

-Ven, sígueme.- dijo susurrando.

Yo asentí suspirando.

-Joder, otra vez a susurrar.- conteste en el mismo tono que él.

Aleixandre comenzó a avanzar por el pasillo, cada vez habían menos ventanas por las que pudiera pasar la luz, por lo que conforme íbamos hacía delante la luz era cada vez más tenue, y eso que no debían ser más de las seis de la tarde, pero al ser principios de octubre anochecía antes.

Llegó un punto en el que yo prácticamente no veía nada, y como no sabía hacia dónde quería ir él, no sabía a donde dirigirme.

-¡Espera!- exclamé lo más bajito que pude.- No veo nada.

-¿Te crees que yo sí?- me contestó, mientras que su voz se escuchaba cada vez más lejos en la oscuridad.

Que miedo.

-¡Pero tu al menos sabes a donde vas!- volví a insistir en voz baja.-¡Aleix!- volví a intentar.

Intenté hacerme la valiente por unos segundos más hasta que no pude evitar asustarme de verdad al no escuchar sus pasos de lo lejos que estaban y tampoco escuchar los ruidos raros abajo.

No escuchaba nada.

No veía nada.

Me comencé a agobiar visiblemente cuando miré hacia atrás en el pasillo y solo se veía algunos rayos de luz colándose por las escasas ventanas que habían. Se podían apreciar las puertas más lejanas a mi, las que estaban más cerca de las escaleras y al final del todo, una puerta con una señal de advertencia, que estaba totalmente cerrada, la cual no me había parecido ver antes. Era una imagen aterradora, y más sabiendo con quien estábamos atrapados.

Me volví a girar hacia donde había desaparecido Aleix cuando escuche algo parecido a un click.

Intenté avanzar hacia el sonido cuando me choqué de frente con alguien.

-¡AHHHH!-Nunca en mi vida había chillado tan fuerte hasta ese momento.

-eh, eh, tranquila, soy yo.- dijo el individuo con el que había chocado agarrándome de ambos codos con voz reconciliadora.

-¿Qué eres tú? imbécil- mascullé volviendo a bajar la voz con rabia.- Casi me meo encima del susto, no vuelvas a dejarme sola.

-No pienso dejarte sola, solo me he adelantado para abrir la puerta aquella a la izquierda.- dijo señalando la supuesta puerta que no pude ver bien por la oscuridad.- Ahí es donde doy biología, y desde las ventanas se puede ver el bajo en el que hemos encerrado a ese hombre. Es solo para quedarnos tranquilos y comprobar que todo este relativamente bien.

-Pues ya podías comunicarte por una vez, que entiendo que no te guste hablar en tu faceta de "Sad boy" o lo que sea, pero para cosas así esta bien hablar, que casi me cuesta un infarto.- contesté alterada y soltándome de su agarre.

-Vamos, anda.- pronunció poniéndome una mano en la espalda baja para guiarme.

Normalmente me hubiera apartado, pero tras lo sucedido era mejor dejar a un lado el orgullo, y mis traumas antiguos por un momento, si no quería volver a crear recuerdos poco agradables.

TenebrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora