Capítulo 4- Él

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POV OLIVIA

Tenebris...

Oscuridad, eso es lo que veía, no podía ver absolutamente nada, solo podía sentir miedo, muchísimo miedo y escuchar, podía escuchar.

Estaba escuchando gritos de alguien, esa voz me resultaba familiar, creo que era una chica...

De repente esos gritos pararon, fue como si se hubiera apagado un interruptor y todo se hubiese quedado en silencio, como los segundos de silencio antes de que una bomba explote, como ese silencio que lo único que avisa es que algo horrible acaba de pasar, o peor, que algo horrible va a pasar.

Ese silencio en la oscuridad se extendió unos minutos más hasta que de repente pude ver, pero desee no poder hacerlo.

Me encontraba otra vez en mi casa, en el salón, delante de la televisión, en el suelo, tumbada boca abajo y alguien tenía todo su peso sobre mí para intentar inmovilizarme. Me quedé paralizada, no, otra vez no, no sabía si podría soportarlo.

El miedo se mezcla con la ira, rabia, impotencia y mucho más miedo, pero otro tipo de miedo, miedo de mi misma y no del sujeto cuya cara no podía ni recordar en ese momento, de hecho me podía girar para mirarlo pero su cara no parecía real, fue como si le hubieran borrado las expresiones faciales, como si mi propia mente lo hubiera hecho para ahorrarme el sufrimiento de ese recuerdo.

Al final de toda esa mezcla de sentimientos solo predominaron dos: la ira y el asco.

No podía controlarme, iba a volver a hacerlo, quisiera decir que no quería hacerlo pero sería mentira, la mentira más grande de mi vida y de la cual más me he intentado convencer cada día.

Estaba a punto de hacerlo, de verdad que sí, pero entonces volví a escuchar a la chica gritar desde algún lado, lo primero que pensé fue que eran los gritos de mi madre, así que giré la cabeza como pude de un lado a otro buscándola con la mirada. Cuando la encontré me entraron ganas de vomitar, se encontraba sentada en el sillón que había al lado de la mesilla del salón en donde se encontraba la televisión, es decir, el sillón que estaba justo a mi lado.

Ella me miró pero no hizo nada por ayudarme, un sentimiento de odio e ira recorrió mis venas pero este se esfumó cuando vi su estado. Se encontraba entera manchada de sangre pero no sabía decir si era suya o no.

Seguí intentando resistirme cuando me di cuenta de algo, los gritos seguían sonando y no, no eran de mi madre...

- ¿Via?, ¡Via despierta!-Me gritaba Claudia desde la realidad.

Abrí por fin los ojos un poco agitada por la pesadilla que acababa de tener. Claudia estaba parada frente a mi, con cara de dormida y horror a partes iguales, su cara reflejaba que no entendía nada pero en ese momento yo tampoco, antes de dormir me había tomado las pastillas que me mandó mi psicóloga con las que podía mantener a raya las horribles pesadillas de aquel día, solo de recordarlo...

- ¿Me puedes escuchar?- Me pregunto y entonces me di cuenta de que llevaba unos minutos en otro mundo desde que me despertó.-Me has asustado mucho, no respondías era como si estuvieses en trance con los ojos abiertos.- me dijo mirándome asustada.

Espera un momento, ¿con los ojos abiertos? eso nunca me había pasado.

- Yo...no sé...no sé qué es lo que ha pasado-masculle intentando justificar lo ocurrido.-A veces tengo pesadillas pero tomo pastillas para dormir como esta noche para mantenerlas alejadas.- dije más para mi que para ella.

-Pues no han funcionado muy bien-murmuró- No parecía una pesadilla normal era como si no pudieras despertar.- comentó algo más tranquila al ver como me incorporaba un poco.

TenebrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora