𝐓 | ❝ Si tu llegas a derramar lágrimas, yo derramaré sangre por ellas ❞
Athanasia es abandonada por Claude y esté ordena enviar a su hija lejos de él a un territorio completamente fuera de su poder dentro de su Imperio para que fuera criada hasta s...
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━━━━━━ La soledad puede llegar a ser muy dolorosa.
──¡Papi!── se oyó el grito cubierto por sollozos dentro de aquel palacio. Keith no dudo en dejar todo a medio hacer sobre ese escritorio eh ignorar por completo lo que los consejeros del Ducado Hyperion le estaban relatando, todo tenía su 'por qué' y estaba relacionado con su hermoso y frágil cisne.
Las criadas que se habían juntado alrededor de la cama del Duque se apartaron dejando el paso libre al señor y padre de la niña que lloraba sin consuelo.
──Papi esta aquí── abrazó con fuerzas a la niña, dejó que ella llorara en su pecho al tiempo que él trataba de consolarla susurrando adorables cánticos que harían calmar a su única hija ──Papi esta a tu lado── el llanto no era un simple berrinche infantil. La hija del Duque estaba sufriendo y era debido a ese terrible malestar ocasionado por aquella enfermedad extraña que se mostraba en grandes ronchas negras sobre la cabeza de la niña.
Parte del dorado y cedoso cabello de Tania se había caído. Las heridas, que a simple vista parecían el ser ronchas provocadas por la sarna, incrementaron su tamaño y hacían del calvario de la princesa más doloroso.
Las manos de la niña se dirigieron con prisa a la parte afectada para empezar a rascar con fuerza y locura llegando al extremo de que sangre brotara.
Keith detuvo las manos de la infante. Los médicos no tardaron en llegar ante el llamado de las criadas debido a un nuevo episodio que estaba teniendo la princesa del Ducado Hyperion.
──¡Hagan algo, que sea rápido!── suplicó el albino mientras forzaba a que su hija no alzará las manos nuevamente para seguir hiriendose.
Vertieron un líquido de tono blanco sobre la zona afectada eh hicieron que el ardor incrementará más llegando a hacer que Tania gritara y suplicara porque pararan.
Sus propias manos se habían paralizado un instante. Su cuerpo tuvo un terrible escalofrío. Athanasia había dejado de llorar pero no parecía el desear separarse de los cálidos afectos que el Duque le estaba brindando.
──Llama a un médico── ordenó. Su escudero, Benet Valentine, el cual había prevalecido a una distancia apropiada del Duque dentro de aquella deteriorada habitación, oyó la orden de su Señor y sin mediar más palabras cumplió con lo ordenado ──Primero van a examinarte bien, mi hermosa Tania── su sonrisa era hermosa pero sus lágrimas la hacían sentir verdaderamente herida ──No va a suceder lo del pasado. No lo hará── abrazó a su frágil muñeca, tuvo tanto cuidado con cada movimiento que hacía ──No lo hará.
Los médicos privados de la noble casa Hyperion habían llegado sin demorarse minutos, segundos u horas. Cumplieron responsablemente y llegaron el un extraordinario tiempo al palacio.
Las siguientes órdenes hechas por Keith fueron el revisar el estado de salud de la princesa Athanasia, su condición física y recomendaciones ante posibles casos vulnerables que presentará.
Su salud era buena. Su condición física de igual manera y no hubo necesidad de brindarle recomendaciones ante casos de vulneración de salud al ahora padre de la niña. Solo aconsejaron brindarle un lugar más acondicionado para ella. Siendo una bebé saludable no quita el hecho de que posibles enfermedades aún la puedan atormentar.
──Bien. De ser así, entonces pueden marcharse── agradeció con la paga a aquellos hombres. Keith miró a la jefa de sirvientas ──Hoy la niña dormirá conmigo── específico ──Mañana vas a ordenar que limpien bien la habitación de al lado. Todo lo que fue guardado en el sótano va a ser nuevamente bajado y colocado en la habitación. No quiero que cuando Tania duerma en ella pesque siquiera un mísero resfriado por el asqueroso polvo, asique limpia bien todos los muebles y juguetes, ¿Has entendido?
Su silencio era infavorable.
──Te eh preguntado: ¿Has entendido?── la anciana tembló ante la penetrante mirada rojiza de su Señor. Brindó una reverencia y una respuesta al instante:
──Eh entendió, maestro.
Él, aún cargando sobre sus brazos a la princesa, se dirigió camino a su habitación para finalmente poder dormir en paz.
──La ha llamado Tania── murmuró una de las muchas sirvientas que habían estado presente en el momento.
──¿Acaso ha perdido la cabeza?, ¿cómo puede llamar a la princesa Athanasia por el nombre de su hija muerta?── murmuró otra más. Todas hallaron la conducta del Duque por horripilante, sobre todo más aquella anciana, jefa de las sirvientas, que apretó con rabia el puño de su mano.
──Nuestro Señor debió de haberse vuelto loco finalmente.
──¿Qué pensaría de esto Lady Theonis?
──¡A callar, todas a callar!── gritó madame Mirtha llegando a que todas las chismosas temblaron de terror ──Regresen a sus últimos deberes y no se atrevan a hacer ruido cerca del dormitorio del Duque. No queremos que se enfade.
Era difícil para él sobrellevar la carga de haber acabado con todo el sufrimiento. Madame Mirtha podía comprenderlo, ¿pero llevar esto hasta este punto?
──Papi esta aquí── se mecia de mientras tenía entre sus brazos el cuerpo de su única hija. Se rehusaba a soltarla y dejar que se la llevarán de su lado ──Papi esta a tu lado── su llanto era realmente sofocante para cualquiera que lo estuviera oyendo y observando.
Ese día fue difícil también para ella pues tuvo que ver con sus propios ojos como el Duque acababa con el sufrimiento de su amada hija.
──Papi no va a volver a dejarte ir── susurraba de mientras la dulce hija de Claude dormía al lado de él, en la misma cama. Sus manos eran todo lo que la bebé Athanasia requería para poder tener sueños agradables y no fríos. También ayudaba a Keith, pues también dejaría de tener sus sueños fríos y pasaría a los agradables ──Eres de papi. Solo de papi. ¿Verdad, mi lindo cisne?
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Claude parecía estar tan absorbido en las estrellas.
Félix dejó al Emperador de Obelia estar en soledad. Requería de ella para que comprendiera que lo que él hizo fue su más grave error.
