Barco Perdido En El Cielo

Capítulo 3: Frustración

En algún lugar del dirigible

—¡Aquí también hay ventanas! —exclamó Genta corriendo seguido de Mitsuhiko y Ayumi, tras de ellos los seguían los demás.

—Míralos qué felices están. —murmuró Haibara con una suave sonrisa mucho más atrás.

—Y todo es gracias a Sonoko. —respondió con ironía Edogawa sujetando con firmeza la mano de la chica. —Debo decir que por fin hizo algo bueno. —comentó en un tono de burla acercándose a la niña.

Haibara rió al ver a su novio invadir su espacio personal, pero no se apartó.

Sin darse cuenta que dos adolescentes los miraban a lo lejos, prácticamente chillando de emoción por sus interacciones.

—Además debes admitir que también te diviertes estar aquí. —se burló golpeando ligeramente su hombro de forma juguetona.

—Oh, cállate. —se quejó avergonzada la niña devolviéndole el ligero golpe. —Pero, no puedo evitar interesarme en esta experiencia. —murmuró con suavidad. —Es como si estuviera volando por el cielo como una nube, como siempre soñé alguna vez. —habló sujetando el brazo de Kudo.

El detective la miró unos segundos antes de empezar a acariciar su cabello. —Ya no tienes que preocuparte por cometer un error, no quiero, ni necesito que seas perfecta solo… te quiero a mi lado. —le dijo besando su frente.

A unos metros más allá se escuchó un par de gritos de fangirl ahogados y en algún lugar más allá un chiflido de impresión.

—Te amo, siendo Conan o siendo Shinichi.

—Yo… me alegra haber ido a buscarte esa vez, sin ti probablemente hubiera terminado muerta en algún lugar. —comentó Haibara riendo sin querer bajar más el ánimo.

—No creas, sin ti también me hubieran matado en diferentes situaciones. —le siguió el juego.

—Pero, precisamente por eso es que siento que vivo ahora. —habló mirándolo fijamente. —Conan, gracias por haberme tendido la mano.

Su firmeza y su sinceridad solo lograron sonrojar al chico.

—Kudo, ¿te estás sonrojando? —preguntó burlona Ai al ver a su novio mirar a otro lado mientras trataba de ocultar sus mejillas carmín. —Oh, eres tan lindo, cariño. —sus palabras sólo logró que el color se expandiera.

—Reúnanse para darles un recorrido. —le dijo Jirokichi de buen humor, pero se extrañó al ver las expresiones de molestia de su sobrina y su amiga, aunque los niños saltaban de alegría.

—Nos quitaste nuestro programa favorito. —lloriqueo Sonoko viendo a esos dos separarse al escuchar a su tío.

—¡Tenemos que mantener las esperanzas! —afirmó Ran con una mirada decidida. —Pueden volver a acercarse, tenemos todo el día. —exclamó emocionada.

—¡Es cierto! —dijo animada también Sonoko, antes que se dieran cuenta chillaron emocionadas pues esos dos siempre rompían sus expectativas.

En el tour

—¿Están todos aquí? —preguntó el capitán del dirigible.

—¡¡Si!! —soltaron los niños.

—Yo soy tripulante del dirigible, me llamo Asano, les daré el recorrido.

Unos minutos después los niños iban de un lado a otro viendo el paisaje, muy emocionados por conocer el "interior de una ballena".

En una sala se encontraron al inspector Ginzo Nakamori y la afamada gema del anillo más grande y brillante que sería robada. Debido a la imagen de una mujer en la gema está llamada: La señora del cielo, una hermosa joya azulada con brillos dorados.