Barco Perdido En El Cielo

Capítulo 7: Salvados

Ah, lamento la tardanza pero como saben no puedo publicar tan continuo como quisiera, pero aquí estoy 

Debido a esto mismo, hare una doble publicación y espero poder subir el epilogo esta semana

Nos vemos

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Narrador

—¡Vaya, vaya! ¿Qué demonios es esto? ¿Qué era eso? —preguntó Kid interesado en los artefactos que ayudaron al mocoso a derrotar a los criminales, saliendo de quien sabe donde.

—Una de las trampas que Jirokichi preparó para ti. —respondió sin más, encongiendose de hombros indiferente.

—¡Uh! Ya veo si hubiera cogido la joya no habría salido bien, ¡qué peligro! —habló divertido, imaginándose caer en alguna de las trampas. —¡Ese viejo es muy listo! —dijo divertido riendo bajamente.

—Así que decidiste quedarte arriba todo el rato, eh. —argumentó Conan desinteresado.

La extraña charla se vio interrumpida cuando el supuesto líder apareció disparando a diestra y siniestra, pero el pequeño detective lo noqueó de un balonazo, algo que estremeció al ladrón al recordar que suele ser la diana de esos disparos.

—Después de todo hay que tenerle miedo a esos balones asesinos, ¿no? —comentó con burla mirando al hombre en el suelo, por dentro se alegró que nunca hubiera sido golpeado; además de que nunca había enfadado en serio a Tantei.

—¿Hay alguien aquí? —preguntó el chico sabiendo que los secuestradores y sus acompañantes escuchaban. —Hemos capturado a vuestro líder, y a tres de sus compañeros.

—¿Qué? ¡Eso no es posible!

La distracción ayuda a que Nakamori tecleara al hombre y Lupin el perro del tío lo mordió, Kogoro tumbó a la chica que golpeó a Ai.

—Eres muy estúpida si crees que vas a poder hacerme algo con esta cosa. —dijo Kogoro al ver que no quedaba la última criminal, después de todo había fingido durante un tiempo dormir debido a la situación.

Al ver el ambiente más relajado, Ai tomo su pin, y rápidamente le hablo al chico de orbes azules.

—Edogawa, hemos inmovilizado a los otros dos.

—Entendido. —contestó Kudo al escuchar sus palabras, indicando que nadie había salido herido.

El pequeño niño que inmovilizó a tantos criminales revisó el móvil del hombre encontrando muchas llamadas, le pregunto al dueño a quién llamaba, pero... no era como si le contestara así que cogió el veneno.

—¿Qué harás con eso? —preguntó por fin el hombre despertando con todo el cuerpo adolorido sin poder moverse.

—Si no me cuentas la verdad inyectaré este veneno en tu cuerpo. —amenazó el adolescente en el cuerpo de un niño.

El hombre que le doblaba tanto la edad como la altura se estremeció ante tal mirada fría, pero se contuvo y solo escupió unas crudas palabras. —No me importa.

En Nara

Hattori había descubierto a los policías robando las estatuas Buda, y sabía que no podía dejarlo así por nada del mundo.

Hattori y Kazuha aprovecharon verse indefensos, cosa que aumentó al tener al pequeño niño junto a ellos, empezando a burlarse de ellos por haberles dicho que solo eran unos niños y que obviamente no los tomaban en serio.