El amor de un dálmata ☑️

[3] Consejos mutuos

Capítulo #3. 𝕮𝖔𝖓𝖘𝖊𝖏𝖔𝖘 𝖒𝖚𝖙𝖚𝖔𝖘.

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Todos los Paw Patrol enseñaron a la hija de la granjera Yumi, Sofía, a cultivar vegetales, no fue tarea muy difícil, puesto a que ella era excelente para tal trabajo, sorprendiendo a sus ayudantes caninos dejándolos boquiabiertos. Aún así, habían detalles en los cuales enseñaron a la niña.

-Gracias por ayudarme Paw Patrol.- agradeció dulcemente la niña oji-azul con una sonrisa.

-De nada Sofía, estamos para ayudar a los demás.- dijo Ryder posando sus manos en su cadera.

Los demás canes se despidieron al unísono con un "adiós Sofía", para luego ir a sus vehículos respectivos, tomar el volante e ir al cuartel junto a Ryder. Cada uno se sentía feliz por el trabajo que habían realizado, pero más por ellos, se sentían felices de ayudar a las personas, ya que para eso fueron entrenados. Ser un Paw Patrol era increíble, ver felices a los demás era tan satisfactorio, sobre todo cuando te dan las gracias; tantos años haciendo ese trabajo, que ellos lo consideraban un pasatiempo, era una actividad muy especial. Además, cada uno tenía su propio sueño, bombero, policía, constructor, reciclador...tantas cosas en las cuales son buenos y les encanta realizar.

Al llegar al cuartel, como todos los días amargados al estar en la etapa de la juventud, se dirigieron a sus casetas; lo mismo que Ryder, ir a la planta alta del cuartel y no salir hasta que una emergencia se presentara, lo cual rara vez sucedía en este último año.

Pov Marshall.

"Muy bien, prometí idear un plan para acercarme más a Everest; creo que con la ayuda de cierta cachorra será posible organizar mi plan."

Luego de levantarme de mi caseta con un poco de estiramiento, me dirigí a la de Skye, pues ella me había mencionado que Chase era su mejor amigo...eso nadie lo duda, pero se puede surgir amor entre amigos, ¿cierto?

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Al dirigirme a su caseta, para mi sorpresa, ella no se encontraba. ¡Arruinaste mis planes Skye! ¿En dónde estará?...

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-Skye, ¿cómo puedo declarme al amor de mi vida?- preguntó Everest estando sentada con su mejor amiga en el muelle de Bahía Aventura.

La vista era tan bella, los pájaros volaban por el cielo azul, que se reflejaba en las aguas del muelle, el atardecer era partícipe de la tarde. Hoy era viernes, o sea, "día de chicas" para ambas, por lo tanto, Everest tuvo el valor para preguntarle personalmente a Skye cómo declararse a Chase, aunque la cockapoo no está enterada de su amor por el pastor alemán.

-Amiga, no lo sé. No me he enamorado aún...-respondió Skye con la mirada baja al no poderla ayudar.

-No importa Skye, solo imagina que tú tienes a tu enamorado, ¿cómo te declararías?

El primer canino que se le ocurrió a Skye fue Chase, aquel pastor alemán que fue su amigo desde cachorros, aunque no tenía idea del porqué no se le vino a la mente otro cachorro como Marshall, Zuma, Rocky o Rubble...ninguno de ellos excepto Chase, el líder de los canes protectores de Bahía Aventura.

Skye se puso a pensar sobre la pregunta de Everest, "¿cómo te declararías?" Hubo un silencio para ambas, Everest por un lado intentando por si sola averiguar la manera de confesar su amor a Chase, y por otro lado, Skye tratando de inventar una idea para ayudar a Everest.