XXVII

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Felix estaba a un costado del hospital donde estaba internada Suni. había salido corriendo sin dejar que Changbin le de una explicación de la mentira que le había dicho, él no quería escucharlo, no quería escuchar más mentiras, no quería seguir siendo lastimado, no otra vez.

Ya estaba anocheciendo, el sol estaba ocultándose bajo de unas nubes que tenían un color rojizo. El cielo estaba tornando color oscuro, las linternas de las calles y de las casas estaban encendiéndose poco a poco, las personas comenzaban a salir del hospital con sus familias para poder retirarse a sus casas.

Una lágrima descendió de los ojos cafés de Felix, termino su recorrido en su barbilla para terminar impregnando en su saco, la noche era fría y aquel saco no era de mucha ayuda. Se limpio todo rastro de llanto, pero por más que intentaba dejar de llorar, no lo lograba, las lágrimas salían solas de sus hermosos ojos. 

-¡Felix!- Changbin llego corriendo, estaban separados por un metro de distancia, también estaba llorando, pero de leve manera comparada con la de Felix. Al chico le rompió el alma ver llorar al pecoso, sus mejillas y nariz estaban rojizas, no negaba que era hermoso, pero no le gustaba saber que estaba llorando y mucho menos cuando él es culpable de aquellas hermosas lágrimas.

-Vete- Felix iba a irse, no quería verlo, no sería tan fuerte para estar serio. Solo con ver a Changbin sabría que caería rendido a sus pies, lo amaba y solo quería que fuera suyo y de nadie más, pero ¿Cómo confiar en él si le mintió cuando abrió su corazón con él?

Changbin se apresuro a tomar la mano de Felix y se sintió como la primera vez que ambas manos hicieron un roce, se sintió la misma descarga, el mismo amor, la misma adrenalina al tener solo un poco de contacto, el mismo empoderamiento de saber que había encontrado a su alma gemela.

Felix perdió la cabeza en solo cuestión de segundos, se dio la vuelta y dejo que Changbin se refugiara en sus brazos, como buen alfa. Jamás pensaron estar tan cerca, sus cuerpos estaban tan cerca, tan juntos que sentían que sus almas se tocaban al igual que podían percibir la sensación de que sus lobos estaban juntos.

-Déjame explicarte, por favor, solo dame una oportunidad-

-Binnie- Felix limpió las lágrimas de los ojos de su pequeño omega, suyo. Felix fue cuidadoso en no lastimar el hermosos rostro de el pequeño, jamás había visto tan indefenso a Changbin, siempre se mostro fuerte, pero ahora tenía la posibilidad de ver su otro lado, su verdadero ser, estaba desnudándose delante de él, siendo sincero sin ningún tipo de mascara, ya no tenía ese miedo, estaba con la persona correcta, siempre lo estuvo. -No tienes que explicar, es mi error-

-Mi madre me genero muchos traumas con mi persona, fingí ser alguien por mucho tiempo, cuando se presento la oportunidad tuve mucho miedo de decirte lo que pasaba, porque no quería que te alejaras también, tu no, no quería perderte-

-¿No confías en mi Binnie?-

-Lo hago, desde el inicio sentí una conexión perfecta contigo, aunque talvez no nos conocimos de la mejor manera posible- Soltó una leve sonrisa y Felix juro que podría besarlo en ese momento. -No quería decepcionarte, no quería que te alejaras de mi, no estaba listo para hacerlo. Hasta hoy, que soy capaz de decirte más haya de mi mayor secreto, soy capaz de decirte que te amo-

-¿Acaso me amaras aun sabiendo que no soy como todos los alfas?- Feliz corto un poco el espacio y le susurro justo en los labios, no estaban juntos, pero si eran divididos por pocos centímetros. -No soy como los demás-

-Eso es lo que amo. Yo tampoco soy como los demás omegas y aun así te fijaste en mi, no soy capaz de poder confiar en alguien más que no seas tú-

-¿Vas a elegirme a mí? Hay muchos alfas más-

ROMPIENDO LOS ESTEREOTIPOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora