Capítulo 4

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Capítulo 4.

Luego de dejar a Rafa en su casa, comienza a llover fuerte. Una tormenta tropical se ha formado en el mar caribe y estaba pronosticada para estas horas de la noche.

—Me quedaré en tu casa—repone Ali mientras maneja bajo la lluvia. Hemos venido en su auto, pues si todos íbamos al mismo lugar, ¿qué sentido tenía traer cada uno su automóvil? —ahora si me puedes decir, ¿a dónde has ido con Marcos? —pregunta con curiosidad y picardía.

—No tienes idea Ali. Estoy tan enamorada de ese hombre y ahora aun más —reconozco con sinceridad.

—A ver, reconozco que el chico es lindo, pero Eli ¿Te puedes imaginar la reacción de mi tía cuando sepa quién es? —La miro con cara de pocos amigos. — No me mires así, Marcos me cae bien, pero hay que ser realistas Eli, ¿Estás segura de sus sentimientos hacia ti? ¿No tendrá alguna otra aventura en alguno de esos lugares en donde ha estado como soldado? —pregunta con su ceño fruncido.

—Es que tú nunca entenderás lo que tenemos ambos. Es intenso.

—Eres mi prima y te quiero. Quiero que seas feliz, pero soy testigo de lo rápido que están llevando esto. Te pido que antes de tomar cualquier decisión, analices bien. No te ciegues por amor. Piensa en mi tío, en tu madre, en la familia y sobre todo en si Marcos vale toda la maldita pena del mundo, como para dejarlo todo por él.

—Lo he pensado mucho. No creas que para mí es fácil querer enfrentarme a todos, teniendo en cuenta como es mi mamá, pero estoy segura de lo que hago, y le quiero.

—Lo sé, primita—reconoce ofreciéndome un tierno abrazo. Ya hemos llegado, pero aún no hemos salido del carro. —Solo que todo esto me preocupa. No sabes la que se va a formar cuando todos se enteren.

Salimos del auto y afuera la tormenta no se ha calmado.

Entramos empapadas y mamá esta viendo una de esas revistas de farándula mientras toma su chocolate caliente. Está sentada en uno de los sofás. Al vernos pone cara de horror.

—Pero miren nada más. ¿En que carajos estaban pensando al llegar a esta hora? —repone eufórica como siempre—Tú mamá me tiene el teléfono sin baterías de tanta llamadera—afirma señalando a Alicia— y ni se diga el sermón de tu padre, Elizabeth—añade mirando hacia mi dirección.

Papá aparece en la sala con cara de preocupación.

—Eli, Ali, se puede saber, ¿Dónde se habían metido?

—Estábamos en la playa papá—le informo serenamente.

—Si, pero miren nada más la tormenta que se ha formado.

—Eso debiste pensarlo también para mi bebé—espeta mamá indignamente.

La miro confundida.

—Mauricio salió a buscarlas y no ha llegado ¡Mira nada mas todo lo que ocasionan!

—¿Y tú crees que Mauricio está perdido bajo la lluvia mientras busca a su hermana? ¡Como si no lo conocieras Isadora! —interviene padre con ironía

—Tú siempre menosprecias los esfuerzos que hace nuestro hijo por agradarte

—Te recuerdo que Mauricio no cambia ¡Siempre se sale de un problema para meterse en otro! Y como si fuera poco solo malgasta el dinero que aun tenemos. En estos momentos debe estar en un bar de esos de quinta pasando el aguacero

—Mira Manuel, no te voy a seguir permitiendo tu desprecio hacia nuestro hijo—mamá se ha levantado del sofá y se dirige furiosa hacia donde papá— Mauricio está cambiando, quiere reivindicarse.

Bajo la tormenta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora