Ya ha pasado una semana y mi padre aún está en cuidados intensivos. Mientras el doctor nos informaba las pésimas noticias sobre su estado de salud, estaba sufriendo otro ataque al corazón. No perdono a mi hermano por lo que nos ha hecho, no soy capaz siquiera de estar en el mismo lugar que él, aunque sé que no la está pasando nada bien, y rezo para que su cargo de conciencia sea su infierno por el resto de su vida.
—Papito—articulo con voz cansina mientras el sonido de las maquinas hacen eco en mis oídos—. Tienes que ser fuerte, aquí tienes una hija que te espera. No soportaría perderte—tomo su mano con cuidado y me la llevo a mi rostro—. Aquí tienes a tu princesa, tu hija, tu niña. No me dejes, padre.
—Señorita, ya los minutos de visita han pasado—repone una enfermera y yo asiento. Me dirijo a la habitación para quitarme el gorro, la bata y los guantes que me han hecho poner todos estos días para poder ver a mi progenitor. Al salir Alec me está esperando y un sentimiento de agradecimiento me inunda por completo. Alec no me ha dejado sola ni un solo momento y puedo decir que de alguna manera me he acostumbrado a su compañía. Alicia y Rafa me han hecho preguntas al respecto, pero yo he preferido guardar silencio. Ellos no saben nada de lo sucedido con Marcos y no quiero que sepan por el momento.
—Tenemos que hablar—me dice mientras nos dirigimos al parking. Yo lo miro con cara de confusión—Tengo que regresar por unos días a la ciudad, por unos asuntos pendientes que están requeriendo mi presencia y no lo puedo posponer más—agrega con dulzura mientras acaricia mi mejilla con su mano.
—Entiendo perfectamente, Alec— afirmo con seriedad—. No tienes porqué seguir descuidando tus asuntos por mí—añado sabiendo que su presencia ha sido de gran apoyo para mí y ahora que se marche no sé si podré seguir soportando todo esto.
—Regresaré lo más pronto posible, bonita—su mirada esmeralda es intensa y me intimida un poco. —Lo prometo—la sinceridad en su voz es evidente. Asiento mientras este besa mi mano con caballerosidad.
El rubio me deja en la puerta de mi casa y al entrar madre está en la sala.
—Ese hombre ha sido todo un caballero contigo, hija—habla como si nada estuviera pasando—no solamente recuperó el dinero que tu hermano tomó, sino que hizo que esos delincuentes pagarán por manipular a mi Mauricio para robarle.
—¿Manipular? —mi voz suena furiosa—Mauricio robó ese dinero al igual que esos criminales lo hicieron y ahora mi papá está mal por su culpa. Si alguien debe pagar es él por lo que ha hecho.
—¿Te estas escuchando hija? —madre se levanta y el sonido de sus altos tacones me estorban—Es de tu hermano sobre el que estás hablando.
—Él ya no es mi hermano—afirmo con resentimiento para luego subir a mi habitación.
—Algún día te vas a arrepentir de esas palabras. Nadie puede borrar la sangre que recorre por sus venas y por más que digas esas tonterías, Mauricio es tu hermano—grita con histeria y yo decido ignorar sus palabras.
Alec se dirigió al casino en donde Mauricio perdió todo ese dinero y descubrió que esos hombres no tienen los permisos autorizados por parte del estado y que todo el dinero que ganaban era porque tenían todos esos juegos manipulados, por esa razón siempre tenían las de ganar sobre las personas adictas al póquer, la ruleta, al bacará o al blackjack. No se como le hizo para descubrir todo esto, pero Alec es una persona muy importante y eso lo confirmé cuando mi madre se puso muy histérica al verlo en la portada de una de esas revistas de farándula de las que tanto lee.
—Una de las razones por las que decidí venir hasta acá es por la ausencia de prensa y de esos indiscretos periodistas. La tranquilidad de este lugar me ha hecho reflexionar sobre tantas cosas y también me ha ayudado a asimilar de que el padre que tanto me detestó no solo murió, sino que, me ha dejado toda su fortuna—fueron cada una de las palabras que Alec me dijo cuando charlábamos mientras mirábamos las estrellas en el jardín de mi casa.
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Bajo la tormenta.
Novela JuvenilElizabeth Escobar, es hija de un importante empresario. A pesar de tenerlo todo es relativamente sencilla y sus sentimientos nobles la llevaron a cruzarse con la vida de un humilde soldado, pero el destino le tiene otros planes al cruzarse con un im...