Capítulo 6

20 3 0
                                    

Llego a la playa. Al bajarme del auto, luego de haber pagado la carrera al conductor siento de nuevo aquella sensación de estar siendo vigilada, pero en el lugar no hay nadie. Supongo, que es por traer conmigo semejante suma de dinero y tener el temor de ser asaltada.

Me dirijo hacia la zona rocosa, y aún Marcos no ha llegado. Me preocupa demasiado por los disparos escuchados en nuestra última llamada.

Miro la hora en mi móvil y son ya las cinco de la tarde. Me asombro al percatarme de lo rápido que ha pasado el día y no me puedo imaginar la que se armará si en casa si notan de mi ausencia.

Han pasado aproximadamente treinta minutos cuando alguien me abraza por la espalda. Volteo y siento alivio de sentirme en los brazos de mi novio.

—¿Te puedes imaginar lo preocupada que he estado?

—El operativo ha sido un total éxito—me informa mientras me volteo para quedar en frente de él. Tiene ciertas heridas en su frente y en los brazos. Me lo quedo mirando con preocupación. —Son solo pequeñas consecuencias de la guerra— sonríe.

—Rezo para que pronto dejes esas batallas, mi angustia crece sabiendo que, si algo sale mal, te perderé—le confieso.

—Ya casi, mi reina. Ya verás que este tiempo que me queda pasará volando.

—¿Y si te digo que no será necesario esperarlo? —le pregunto mientras agarro el maletín lleno de dinero. Él me queda mirando confundido. Abro este y los fajos de dinero quedan delante de nuestros ojos. Marcos se aleja y me mira con cara de pocos amigos —. Con esto podremos empezar de cero, tengo todo planeado. Cuando mi familia se entere, mi padre no se opondrá y mi madre tendrá que aceptar que debo empezar mi nueva vida.

—Pero, ¿qué has hecho, mujer? —su voz suena indignada—. ¡Te dije que por nada en el mundo vendieras esa propiedad!

—¡Lo hice por nosotros! —espeto indignada—. ¿No ves que esto nos servirá para escapar solo tú y yo? —No puedo creer que se ponga tan histérico. La vendí y ya no se puede hacer nada, si en verdad me ama, tiene que ver el lado bueno del asunto.

—No aceptaré tal cantidad, no sabes cuanto me mata que seas tú la que tenga que contribuir para una nueva vida y no yo—me confiesa y me lastima

—Esperé una mejor justificación menos eso que acaba de salir de tu boca, ¿Es por tu orgullo? ¿Por eso no aceptas todo este dinero porque lo obtuve con algo mío y no tuyo? —le dirijo una mirada dolida— ¡Si estuviéramos en situaciones contrarias yo aceptaría sin poner peros! ¿Acaso no te basta con saber que quiero que empecemos una nueva vida juntos?

Marcos cierra y abre sus oscuros ojos con frustración. Odio que sea tan terco. No dice nada, y me mata su silencio.

—Hagamos algo—intento ser razonable—. Si lo que quieres es hacer las cosas bien, ven esta noche a mi casa. Hablarás con mi padre—me mira con confusión. — Él no se opondrá, te lo aseguro.

—¿Enserio quieres que nos enfrentemos a tu familia? ¡No me aceptará Eli, deseará que un pobretón como yo se aleje de su hija!

—¡¿Por qué nunca puedes confiar en mí?! ¡Te prometo que todo saldrá bien! —le suplico mientras las primeras gotas de lluvia empapan nuestros rostros. Las olas del mar golpean fuertemente las rocas en donde estamos hasta el punto de mojar nuestros pies. Cierro inmediatamente el maletín en donde está el dinero para proteger este del agua.

Un individuo que jamás he visto se acerca a nosotros y me asusto.

—No te preocupes, es un compañero del ejército.

—Hola, mucho gusto, soy Orlin McGuire—se presenta de manera educada. El individuo es alto, su piel no es tan morena, pero tampoco tan blanca, es más bien, como color canela. De cabello negro, ojos oscuros y cejas pobladas. —Así que tú eres la que trae loco a este loco—suelta una carcajada—. Te juro que llegué a pensar que no eras real de tanto que él habla de ti.

Bajo la tormenta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora