Capítulo 11

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Luego de varios días, finalmente dan el alta a mi padre en el hospital. El médico nos ha insistido en la importancia de cuidarlo y proteger su salud. En mi habitación, me encuentro leyendo un libro de poemas que he encontrado en el despacho de mi padre. Un poema en particular captura mi atención y me sumerjo en su significado.

"Era una tarde clara, raramente no logré apreciarla, por más que traté, me di por vencido.

Ser bueno en un mundo lleno de maldad ¡Qué difícil es!

¿Hasta cuando hemos de soportar todo este dolor? — pregunté.

—No lo sé, ya llegará la noche—respondió la tarde—.

Y con un nudo en mi garganta, en medio de un valle lleno de sombras, sentí que me ahogaba por no poder liberar mi alma, pero la noche llegó como había dicho la tarde y me dijo:

—Calma, yo me encargaré de desahogar tus lágrimas en medio de mi oscuridad. "

Termino de leer el poema y no puedo evitar sentirme identificada con su mensaje. Estas últimas noches han sido testigos de mis lágrimas y desahogos en la oscuridad. Al mismo tiempo, no puedo dejar de pensar en el año que tengo por delante.

Nadie sabe sobre mi compromiso con Alec. Le devolví el anillo y le pedí que me lo entregara en el momento adecuado. Quizás he esperado hasta que mi padre saliera del hospital para afrontar esta realidad, pero ahora que ese momento ha llegado, me doy cuenta de que no tengo la valentía necesaria para enfrentar este destino. Alec ha comprendido mi necesidad de tiempo y aceptó esperar, pero no puedo pedirle más. Ya ha hecho demasiado por mí, y su regreso a la ciudad no puede aplazarse más.

"Solo será un año", me repito, en un intento fallido de darme fuerza y voluntad.

Mi madre ha organizado una cena de bienvenida para recibir a mi padre, y ese será el momento perfecto para anunciar nuestro "compromiso". Su prima Eda ha llegado de la ciudad para acompañarnos. Aunque Alec me ha advertido que su esposo es un hombre riguroso e intimidante, con un interés oculto en su matrimonio con Eda, no me preocupo por ella. Sin embargo, Alicia y Rafa, mis amigos cercanos y queridos, me bombardearán con preguntas y recriminaciones por no haberles confiado este acontecimiento. Por eso, los he convocado para ponerlos al tanto.

Mariana toca la puerta de mi habitación y al abrirle, confirma que tanto Alicia como Rafa han llegado. Los hago pasar y me preparo mentalmente para lo que vendrá.

—¿Puedes decirnos qué ha pasado en las últimas semanas que nos has mantenido fuera de tu vida? —mi prima es la primera en protestar.

—Ya te he dicho que es probable que haya reencontrado el amor —interviene Rafa, tomando asiento en el pequeño sofá de mi habitación—. ¿Me equivoco? —añade, con tono pícaro.

—Por favor, déjenme hablar y escúchenme —les pido, necesitando su atención.

—Estamos aquí para escucharte —responde Alicia.

—Antes que nada, quiero informarles que me he comprometido —digo sin pausa.

—¿Qué? —pregunta mi prima, con asombro. Se levanta y comienza a caminar de un lado a otro, mientras yo la miro fijamente, esperando que no arme un escándalo—. Eso no me sorprende, pero prima, ¿no crees que debes esperar hasta que mi tío se recupere? Marcos podría perjudicar su salud. Esto es una decisión precipitada, Elizabeth —agrega con preocupación. Me levanto, porque me doy cuenta de que no estoy manejando bien la situación. No es así como debería haberles contado.

—Me casaré con Alec Durán —respondo sin pensar, y al ver sus rostros, me doy cuenta de que he empeorado las cosas.

—¡No puedo creerlo! —exclama Rafa, con la boca abierta—. Ahora explícate mejor, porque no entiendo. ¡Estás loca por Marcos!

Bajo la tormenta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora