CAPÍTULO III

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Apenas subimos al carro todas quedaron dormidas a excepción de James y yo, que al parecer fuimos los únicos que lograron descansar bien durante la noche. Aunque pasé toda la noche un poco angustiada, ésta era la primera vez que pasaba tanto tiempo alejada de casa por lo que era un tanto extraño sin estar escuchando los gritos y risas de mis hermanos.

-James, ¿puedo hacerte una pregunta? .- a lo que él asiente dándome una sonrisa mientras conduce.- ¿Qué carrera vas a seguir en la universidad, piensas seguir turismo o algo relacionado?.-le pregunto intentando alejarme de mis pensamientos.

-Sí, pienso especializarme en hotelería y turismo, para ayudar a mi mamá a manejar el negocio familiar.- dice James - ¿Y tú, que piensas hacer luego de estas vacaciones?

-La verdad, no lo sé. Solo estoy dejando que las cosas fluyan tal y como quieran, pasar unas grandes vacaciones con mis amigas es lo que tengo en mente por ahora, luego veremos que pasa.

Trataba de no pensar en el final de nuestras vacaciones, ya que este iba a ser una despedida de las últimas vacaciones juntas, porque no íbamos a poder juntarnos después de un tiempo. Cada una iría a un diferente estado del país para seguir su carrera, y no se nos hará fácil vernos a menudo.

-Ahora estamos dirigiendonos al museo más reconocido del pueblo.- dijo James sacándome de mis pensamientos. - les gustará mucho, y aún más, cuando les cuenta cada una de sus leyendas durante la fogata mañana en la noche.

-Debo advertirte que soy muy miedosa, así que por favor ten piedad de mí. - le rogué.-No me vayas a asustar, aun que si quieres puedo ayudarte a asustar a Tyler, ella no es mucho de creer en esas cosas por lo que si le hago alguna broma mientras tu relatas esas leyendas puedo hacerla asustar un rato al igual que a Alya como venganza por dejarnos ayer.- sonreí inocente esperando una respuesta de su parte.

-De acuerdo. - dijo riéndose de mis maldades. - pero si me despiden será por tu culpa.

Fuimos hablando durante todo el transcurso hasta que por fin llegamos.
James estacionó el auto frente al museo y fue en busca de las entradas, mientras yo iba a la parte de lateral del auto para despertar a todas.

-Ey, niñas ya despierten.-todas se quejaban.-venga, que ya llegamos, James nos está esperando en la entrada del museo con las entradas.

Al final todas salieron del auto con cara de sueño, pero se levantaron de una vez por todas al ver un carro de helados al lado del museo.

-De verdad, parecen niñas pequeñas

-Y tú nuestra mamá.- dice Alya comiendo su helado.- siempre nos estas regañando y lo peor es que siempre tienes razón.- dice, a lo que todas reímos.

Cuando acabamos de comer nuestros helados, ingresamos al museo. Era muy bonito y rústico, en cada vitrina se podía observar distintas cosas como colmillos, varitas, esqueletos de grandes lobos y muchas cosas más, todas parecían como de alguna película mítica.

-James, disculpa, pero ¿de quienes eran todas estas cosas que guardan en el museo?. - le pregunté un poco confusa, ya que esperaba cosas un poco más realistas de la antiguedad.

-Son reales. Todas estas cosas fueron encontradas en el bosque hace unos 100 años.- dice haciendo una pausa.- es el bosque en el que ingresaremos mañana para encontrar el castillo de Dungcrain.

Pensé que estaba bromeando, pero al no verlo reírse me preocupé un poco. Talvez estas vacaciones sean de todo menos relajantes.

...

Nos encontrábamos paseando por el pueblo, entrando de tienda en tienda para comprar las cosas necesarias para nuestra caminata en el bosque, con ayuda de James para seleccionar cada cosa. Ya para el atardecer nos encontrábamos en comedor del hotel cenando, mientras James nos da indicaciones para mañana.

Un falso veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora