Nunca en mi vida podría haber imaginado estar tanto tiempo fuera de casa, sin siquiera hablar con mis padres o hermanos, incluso sin saber el paradero de mis amigas.
Ya han pasado dos semanas desde que he estado conviviendo con Micahel, a decir verdad, despues de aquella vez que lo dejé fuera de la habitación pensé que trataría de castigarme o algo así, pero mis días se volvieron rutinarios.
Él no pasaba en casa la mayor parte del tiempo y cuando lo hacía a duras penas me saludaba, simplemente entraba a su casa e ingresaba a su despacho, y solo salía si su hermana lo llamaba. Por mí mejor, así podía pensar con más claridad el como salir de aquí.
Lo único que hacía todos los días era salir de la habitación para comer, regresaba y miraba televisión hasta aburrirme, entre más días pasaban cada noche se hacía mas larga que la anterior.
Ahora me encontraba recostada en la cama a la espera de la hora de la cena.
-Señorita Amelie, la comida ya está servida.- dice la ama de llaves desde afuera de la puerta.- el señor Micahel se encuentra esperandola.
-¡Está bien, gracias! - grito para que me escuche. - en un minuto bajo.
Era raro que él estuviera esperándome para cenar, tal vez quiera algo o talvez ya de aburrió de mi y me quiere hechar de su casa. Eso sería bueno.
Estuve lista en 5 minutos, y cuando llegué al comedor él ya se encontraba ahí esperándome.
-Buenas noches, Amelie.
-Hola...
- Ven a sentarte, por favor. - dice mientras se paraba y sostenía la silla esperando a que fuera.
Yo solo asentí con la cabeza y me fui a sentar donde el estaba esperando para acomodar mi silla.
-Gracias. - Esperé a que tomara asiento para empezar a comer.
-¿Por qué estás cenando conmigo después de estos días sin hacerlo?-indago un poco
-No sabía que tenías interés en comer conmigo, de haberlo sabido hubiera separado un tiempo especial para nosotros. - dice él mirándome con una sonrisa en su rostro.
-Eso no responde a lo que pregunté, pero bueno. - le digo y seguimos comiendo en silencio.
A decir verdad, también se lo veía un poco agotado, tal vez no esté durmiendo bien o debe estar estresado por el trabajo.
-Deberías descansar un poco.
-¿Te preocupas por mí?- dice con una sonrisa
-En realidad no, sólo que te ves feo así. - le digo con una sonrisa burlona en mis labios a lo que él responde mirándome indignado.
-Así esté cansado o enfermo, te aseguro que me vería cien veces más guapo de lo normal.
-De acuerdo, de acuerdo, lo que tú digas lobito.
-Respondiendo a tu pregunta. - empieza diciendo, logrando llamar mi atención de vuelta. - Mañana vendrán tres líderes de las manadas vecinas a una reunión y se quedarán una semana.
-Ya, pero ¿qué tiene que ver conmigo?-le digo confusa
-En esta casa solo hay ocho habitaciones y las personas que vendrán son nueve. Cada alfa con su mate y un soldado...
-Esto no me está gustando...
-Tendríamos que compartir nosotros habitación, para que los otros invitados se sientan cómodos. - dice con cautela
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Un falso verano
Werewolf-Tienes que enfrentar la realidad, cariño. -Ustedes no lo entienden, todo eso fue real. Solo tenemos que regresar ahí.-Murmuré cansada de esta situación- Por favor... -No puedes aferrarte a ese hecho, Amelie. Ellos ya no están aquí.