08 | angel miracles

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⟪ CAPÍTULO OCHO ⟫

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CAPÍTULO OCHO

Anteriormente ya había conocido a la señora Lightwood, años atrás cuando su padre seguía siendo director del instituto de Egipto

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Anteriormente ya había conocido a la señora Lightwood, años atrás cuando su padre seguía siendo director del instituto de Egipto. Su primer encuentro no fue del todo agradable ya que una Akila de ocho años había cortado el cabello de la mayor cuando sin querer su daga llegó hasta su cabello que casi le llegaba por abajo de la cintura.

¿Había sido regañada? definitivamente si. ¿Había tenido un encuentro todo menos agradable con los señores Lightwood? también. Pero las risas no faltaron. La mujer había dicho entre carcajadas que la niña le había hecho un gran favor al cortarle el cabello ya que ella no se decidía. Pero esa fue la primera y última vez que la vió.

Maryse Lightwood pudo decir firmemente que Akila Zahra fue una de las pocas niñas que le cayó bien.

—Madre, bienvenida de nuevo. No te esperábamos —dijo Alec, entrando en la sala de entrenamientos y viendo a la mujer, dándole un beso en la mejilla.

—Deberían estar preparados, me esperen o no —declaró con dureza.

—Lo estoy. Lo estamos —dijo, mirando a todos.

—Hablaremos del instituto después, ahora tenemos un problema más grande —comunicó en voz alta—. Los Seelies han dejado de comunicarse con la clave y no nos dan explicaciones. Mi conjetura es que siguen molestos porque les pedimos enviar exploradores a buscar a Valentine, pero nadie en su reino quiere hablar —explicó Maryse con tono serio.

—Tengo amigos Seelies —interviene Isabelle.

—Si. Ya sé sobre tus amigos —la cortó su madre.

—Bueno, los Seelies y los egipcios tienen otro tipo de acuerdo. No se negaran a hablar, mucho menos conmigo —la piel de todos se erizó al escuchar ese cambio repentino en la voz de Akila. No era suave, ni amigable como siempre. Era imponente y bastante firme.

Maryse abrió más de lo normal los ojos cuando vió la figura femenina salir detrás de su hijo mayor. Ya no era una niña de ocho años que le encantaba lanzar dagas por todos lados en las reuniones. Ahora era una mujer que imponía todo rastro de liderazgo a su paso.

𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 | 𝐒𝐡𝐚𝐝𝐨𝐰𝐡𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora