𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 | ❝ Soy feliz manteniéndote estancada entre mis dientes. Y no hay nada que pueda hacer al respecto ❞
𝐀𝐊𝐈𝐋𝐀 era ruidosa, ella era sonrisas y alegrías. No le importaba expresar lo que pensaba o sentía. Era un alma libre que na...
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⟪ CAPÍTULO TRECE ⟫
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Ya la noche había llegado, los del instituto ya estaban yéndose a sus respectivas habitaciones, Magnus había regresado a su departamento mientras que ella tenía una caja con galletas de dinosaurio en sus manos que había preparado para el menor de los Lightwood.
Ya estaba todo listo y solo tenía que irse ya a su habitación para esperar a que el sol saliera y así dárselos al pequeño Max, pero por una extraña razón y motivo que ni ella sabe sus pies de forma automática comenzaron a caminar hasta llegar al pasillo que daba a la oficina de Alec, creyendo que estaría vacía y así poder buscar unos documentos que necesitaba.
Frenando en seco cuando escuchó las voces de Alec y Lydia al otro lado, la puerta estaba entreabierta, fijándose un poco y sintiéndose un poco culpable al escuchar la conversación ajena, pero Magnus le había mudado su lado chusma, así que se quedó.
—Mira, la ley es dura, pero es la ley y yo respeto eso —escuchó la voz de Alec—. Pero me he dado cuenta de que... debo de escuchar a mi corazón.
«¿este desde cuando es tan sensible?» piensa para sí misma, acercándose más al hueco de la puerta para ver bien.
Lydia suelta una risa.—No olvidemos que significó eso para mi.
—Lo sé —la corta—. Y, no puedo traer a John de vuelta...—se acercó un poco—...pero como tú dijiste, nuestras familias han sido fuertes aliados y podemos usar eso como una ventaja. Juntos podemos restaurar el nombre de mi familia y dirigir el instituto.
«¿a donde va todo esto, limón? ¿qué tramas y no me cuentas, maldito traidor y mal compañero de odio?»
—Y podremos manejarlo —repitió.
La respiración de Akila comienza a agitarse de forma notoria cuando ve cómo Alec comienza a ponerse de cuclillas frente a Lydia, apretando con fuerza la caja que tenía en sus manos.
