Un jadeó salió de su garganta seca, sintiendo un calor infernal llegar de golpe contra su piel expuesta, la superficie era lo suficientemente dura como para hacerle doler su cuerpo. Abría los ojos poco a poco, tratando de acostumbrarse a esa luz repentina.Lo último que recordaba era ver los llorosos de Alec al darse un último beso antes de dar su último respiro.
Con un quejido se sienta, era literalmente un desierto, no había nada, solo kilómetros de arena donde el sol alumbraba con agresividad. Ella estaba acostumbrada al calor del Cairo así que este no era tan fuerte. Su vista baja lentamente hacia abajo notando que ya no tenía la camiseta negra junto con los pantalones, levantando su camiseta tratando de buscar la herida que le hicieron, pero no había nada, absolutamente nada ni siquiera una cicatriz.
Sus pies estaban descalzo, sintiendo la arena del desierto cuando se levantó por completo, el cielo estaba despejado y solo se veía un celeste tan hermoso que ella creía irreal. ¿Será ese el cielo? ¿o su infierno personal? ni ella sabía eso.
—¿Dónde estoy?
Era inútil hablar o preguntar, al final estaba sola en aquel lugar desconocido, en medio de la nada. Comenzó a caminar según Akila durante horas, lo raro es que no se sentía cansada, no sudaba y no tenía sed, era como si solo existiera así sin más.
—عقيلة.
"Akila"
La voz a su espalda hizo que se quedara estática en su lugar, su respiración cortándose y sintiendo los nervios a flor de piel. Esa voz... reconocía esa voz, se le hacía familiar. Tanto que recordó a una pequeña Akila de seis años correr por los campos en medio de pirámides justo cuando lo vió. A aquel hombre que ella llamaba...
—جد.
"Abuelo"
Giró lentamente, sintiéndose nuevamente aquella niña de seis años curiosa que le cuestionó a aquel hombre porqué era tan grosero en no aceptar su dulce de limón. Sonrió un poco, viendo a un hombre bastante alto, mirada bastante intensa donde sus ojos color miel te analizaban por completo, su cabello negro siendo de un largo perfecto, sus manos detrás de su espalda mientras observaba a la mujer que tenía delante suyo con sumo detalle, su vestimenta era una típica egipcia, pero lo atrayente era un collar que tenía colgando de su cuello, era de color rojo tan fuerte que podrías jurar ver la mismísima luz del centro del sol.
—Al fin estamos reunidos —comenta el hombre mayor.
—Y al parecer un requisito era matarme —dice con ironía, caminando un poco hasta Rá.
—Para ser una diosa, lo es.
Esa palabra hizo que la mujer abriera tanto los ojos que pudo jurar sentir como casi se les salen. Ella suelta una risita nerviosa negando, ¿diosa? ¿ella? ¿qué?
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𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 | 𝐒𝐡𝐚𝐝𝐨𝐰𝐡𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫
Fanfiction𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 | ❝ Soy feliz manteniéndote estancada entre mis dientes. Y no hay nada que pueda hacer al respecto ❞ 𝐀𝐊𝐈𝐋𝐀 era ruidosa, ella era sonrisas y alegrías. No le importaba expresar lo que pensaba o sentía. Era un alma libre que na...