KinnPorsche / MileApo [Horizon]

Capítulo 12

Mi cabeza dolía al mismo nivel de una bien merecida resaca, lo cuál para aclarar, no era mi caso.

Con un mejor contexto e idea base de lo que acontecía a mi alrededor, me sentía finalmente capaz de identificarme con Kinn y el motivo oculto detrás de su preferencia por dejar de lado la honestidad y su decisión por pasar por alto mis continuas dudas y preguntas, aún cuando ello no quitaba que la frustración que crecía de constante en mi interior por no obtener respuestas lo suficientemente coherentes o comprensibles ante mi criterio, continuaba martirizándome y carcomiéndome por dentro.

—Buenos días dormilón, oh... ¿Nuevo tatuaje? ¿cuando te lo hiciste?

La voz de Pete apareció junto a él y una curiosa sonrisa de oreja a oreja a la entrada dela habitación. Tras haber permanecido desmayado lo que restó de la noche, desperté sin compañía alguna en la amplia cama de Kinn y como empezaba a ser costumbre por su parte, con únicamente una nota como reemplazo y excusa de su ausencia, "tengo que atender un par de asuntos, si necesitas ayuda llama a Pete, pero por favor, no te vayas, aún tenemos pendientes", eso era lo que decía la nota.

—Anoche... Supongo. —Contesté.

Pete frunció el ceño antes de atreverse a acercarse un poco más, dispuesto a admirar de cerca el diseño de aquel husky/lobo en mi antebrazo.

—¿No es ese Ansel? —La pregunta de Pete me tomó por sorpresa.
—¿Sabes algo de esto? Por favor, dime que no lo imaginé y...
—No sabía que podía cambiar de propietario... Debe ser porque eres el protegido de Khun Kinn.
—Estás hablando en ruso.
—Toma una ducha y baja a desayunar.

Dejé escapar un suspiro y siendo obediente, me arrojé directo a la regadera de Kinn para más tarde tomar prestadas y meterme entre algunas de sus prendas. Tenía hambre, hace días que no recibía una comida como era debida y definitivamente me encontraba más que dispuesto a hacerlo.
Pete me observó nuevamente sonriente luego de encontrarle en pie al pie de las escaleras esperando a que terminase de bajar. Dejé escapar un nuevo suspiro de alivio al verle ahí, por un segundo me había preocupado ante la interrogante de cuantas vueltas y puertas equivocadas tendría que abrir y cerrar hasta dar con la cocina de no ser por la ayuda de Pete.

—¿Has visto a Chay? —Le pregunté una vez iniciada nuestra caminata en dirección a quién sabe dónde.
—Salió temprano junto a Khun Kinn y Khun Kim, sé que te lo han dicho antes, pero tu hermano es igual de insistente y caprichoso que tú.

No sé que expresión dejé formarse en mi rostro, pero definitivamente no fue agradable para Pete, quién rápidamente cambió la suya en una notable muestra de arrepentimiento por su respuesta.

—¿Dónde están? Llévame con ellos. —Exigí con seguridad.
—Uh... No, digo... Creo que en el supermercado, ¿por qué habrías de ir al supermercado? Lo más probable es que ya se encuentren de regreso.
—¿Crees? —Pete no era bueno mintiendo, su sola sonrisa siendo forzada le delataba por completo— Pete, necesito a mi hermano cerca, ¿comprendes eso?

Frustrado con mi insistencia, Pete acarició su nuca con indecisión. Me sentía mal por ponerlo en una posición como aquella, pero no podía dejar a mi hermano a solas con Kinn y sus hermanos, no cuando ni si quiera sabia decir qué eran o qué pretendían para con nosotros.

—Pete... —Supliqué en voz baja.
—Porsche, Khun Kinn va a asesinarme.
—No hace falta que te involucres, sólo dime dónde están, yo te encubro.
—Eso es lo de menos, va a matarme por permitir que escapes.