CAPÍTULO XXI- SOY UN COMETA

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EMILIA

Miro el contacto en mi teléfono una vez más, llevo casi diez minutos pensando si llamar o no.
Mi pulgar baila sobre el icono  en la pantalla para hacer la llamada pero no me decido aún, ella y yo estamos enojadas y cuando pensé en arreglar las cosas con ella me surge la sospecha de que le dio mi número a Meinardo para que él me presionara para regresar, estoy segura de que si le marco ahora, ella obviamente registrará mi  número nuevo y más tarde él me llamará y no quiero eso.

Bloqueo mi teléfono y lo dejo sobre mi escritorio con un resoplido.

Ya sé cómo le voy a hacer.

Me levanto de mi lugar para ir a la sala de empleados y beber un poco de agua, pues hoy olvidé mi botella en casa de June.

En el pasillo y como si la invocara me la encuentro.

—Nene, nene — canturrea acercándose a mí.

—Qué pasó Juny.

—¿Adivina quién regresó a la ciudad?

Se le ve muy emocionada y yo no tengo ni idea de quién podría ser.

—Mmmm— lo pienso un momento solo para hacer tiempo — no sé— declaro por fin.

—¡Mi primo! — grita — ¡Byron!

No pus seguimos en las mismas.

—June, necesito más información — admito avergonzada.

Baja los hombros y me mira con cara de que yo ya debería saber quién es.

—El dueño del bar Génesis y el club Apocalipsis.— chilla.

—Aaaahhhh, cómo iba a saber si nunca me dijiste su nombre — acuso.

—¿Nunca te lo dije? — reflexiona.

—No, las veces que hablaste de él no me decías su nombre.

—Bueno como sea, la cosa es que mi primito llegó a la ciudad y quiere que vayamos a su club mañana.

Hoy es viernes, la semana se pasó en un parpadeo,  el martes cuando llegué al trabajo tenía miedo de encontrarme con el hombre X, he decidido que de ahora en adelante así llamaré a Max, la verdad es que algunas veces se me olvida llamarlo así, pero haré el intento, no quiero crear un vínculo con él y este apodo me parece adecuado e impersonal.

En el transcurso de la semana cuando me lo topé me di cuenta que él actúa normal y no me a abordado para preguntar nada sobre lo que hablamos en la cena, lo cual agradezco y me desanima en partes iguales, porque talvez se está retractando de lo que me propuso y si es así lo tomaré como una señal divina de que eso no tenía que pasar.

—Me parece estupendo— respondo.

Seguimos caminando juntas hasta la sala de empleados, bebo agua para cortar con la deshidratación y regresamos por el pasillo.

—June, creo que es hora de regresar a mi departamento, ya vimos que él no me ha molestado más y no quiero ser un estorbo —le informo.

—Pero que disparate dices— contesta ceñuda— Sara y yo estamos encantadas de que vivas con nosotras en el departamento.

—Lo sé y lo agradezco infinitamente pero ustedes necesitan su espacio y no quiero ser una intrusa.

—Vaya que si estabas deshidratada, estás diciendo sandeces.

—No, en verdad Juny, lo digo en serio, además tú sabes que mi mamá y yo ahora estamos distanciadas pero quiero hablar con ella de algunos temas y no quiero ir a visitarla, así que le pediré que venga  para hablar.

PUDE HABER SIDO YO [+18] COMPLETA ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora