Capitulo 4

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Trás un tiempo dejó ir todos esos pensamientos que tenía de ese robot, afortunadamente esa cosa no había hecho sonar alguna alarma, era el único punto agradable.

Así que prefirió regresar, era bastante fácil ser una presa fácil si te detenias en cualquier lugar. Así que volteó, pero su sorpresa en ese instante no pudo ser más grande.

A unos metros se hallaba un niño, con cabello castaño y corto, vestía de una polera azul decorada con franjas blancas, aunque su expresión no demostraba nada más que temor.

Pequeñas y casi silenciosas bocanadas de aire se escuchaban de parte del pequeño, como si hubiera corrido bastante para llegar aquí. Ambos solo podían analizarse el uno con el otro, mientras el primero era un niño, el segundo era otro guardia.

Indirectamente compartían ese mismo sentimiento, estaban preocupados de lo que cada uno veía, claro, cada quien a su manera.

El pequeño, asustado por esto dió un paso atrás, sujetaba con fuerza el pasamanos por donde había subido. No podía creerlo, pero ahora era el momento. Debía actuar, debia irse.

Justo cuando intentaba alejarse algo lo detuvo, sentía que lo sujetaban del brazo. Por alguna razón se resistía demasiado, como si de alguna manera el guardia supiera que si lo soltaba, correría el peor riesgo posible.

Pero ese era su deseo, escapar. Todos los guardias son malos, todos buscaban atraparlo y llevarlo a la guardia, no tenía mucho buen presentimiento de ella, por ello, continuó tratando de soltarse.

¡Ey ey, cálmate!

Seguía retorciéndose, incluso jalaba su brazo por conseguir algo, pero nada.

—¡No, suéltame!

Lo intentaba con todo lo que podía, quería pedir ayuda, realmente deseaba pedir ayuda. Pero su único amigo no estaba en condiciones para ayudarlo. Que lástima.

Al paso de unos minutos dejaba de retorcerse, se estaba cansando.

Eso es, por favor cálmate. No voy a hacerte nada, tranquilo.

No pudo más, su tanto esfuerzo había sido en vano. Se rindió.

Lo miró, los ojos del pequeño demostraban miedo y mucha desconfianza.

—¿Vas a hacerme daño?

Estaba nervioso, temeroso por su respuesta. Después de todo no confiaba tanto en los guardias.

¿Cómo? No, no eso jamás.

Estaba sorprendido, pero se detuvo. No podía confiar en el guardia así como así, podría haber algo más.

Podría tener algo más la igual que ella.

—¿Quién eres tú?

Estaba cauteloso, como si de algún modo supiera que diría alguna mentira en cualquier momento.

[N] es mi nombre, solo soy un guardia de seguridad.

Por unos segundos pareció analizarlo, aún cauteloso de lo que fuera a hacer. Aunque no dejaba de pensar en que parecía él ser diferente.

Aunque eso era confiar bastante rápido.

Su sorpresa apareció en el instante que vió su uniforme, no era igual que ella.

¿O acaso sería algún nuevo uniforme? Ay yo que sé, lo único que sabe es que era diferente en ese aspecto.

Pero eso no significaba que pudiera ser diferente, incluso podría ser peor. Pero no parecía, aún no había hecho nada extraño.

• "¿Quién Eres?" FNAF SB y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora