Tania Himura, una heroína de 20 años de edad, que regresa Japón tras haberse ido a Estados Unidos durante casi 2 años por una misión. Al regresar deberá reestablecer su vida, y tendrá que aprender dejar de huir de su pasado y perdonar.
En el camino...
Entré a la habitación designada como gimnasio, allí se encontraba Shoto entrenando con su quirk. Me paré a un lado de la puerta observando sus movimientos, no eran muy malos pero perdía mucha ventaja al solo usar su lado derecho. No quise perder la oportunidad de probar su capacidad como futuro héroe, así que le lancé una bola de luz a uno de los pilares de hielo que había creado para advertirlo, a lo que él se giro algo extrañado, yo por mi parte seguí atacando, él empezó a cubrirse con el hielo, tenía una buena defensa pero no un muy buen ataque y el sólo depender de un lado no lo favorecía pues aquello era su debilidad y si el villano lo notaba no dudaría en atacarlo allí. Unos minutos después nos detuvimos.
- Nada mal Shoto, tienes buena defensa pero debes mejorar tu ataque y… deberías usar tu lado izquierdo, si no lo haces eso se convertirá en tu debilidad y si el villano se da cuenta de ello no va a dudar en utilizarlo a su favor…- le comentaba lo que había analizado en lo que caminaba hacia él.
- Gracias por los consejos Tania… pero nunca utilizaré mi lado izquierdo, lo aborrezco… por eso me convertiré en el mejor héroe y le demostraré al viejo y al mundo que no necesito nada de él- lo primero lo dijo con calma pero luego se transformaron en palabras de odio y desprecio… si antes estaba preocupada ahora ya no sabía cómo estar… púes ese odio y desprecio no eran solo hacia Endeavor, si no hacia él también…
- Shoto…- Suspiré con la voz quebradiza para luego en un impulso lanzarme a abrazarlo… allí estuve un rato mientras sollozaba… me daba mucho temor que a Shoto le pasará lo mismo que a Touya… Luego me separé – Lo siento… yo…- me disculpé por lo que había echo pero aún así no sabía que decir- olvidado, no importa… Toma- dije extendiéndole la bolsa de su regalo.
Shoto solo tomó la bolsa con algo de duda y la abrió dentro había una caja azul océano que contenía una especie de reloj de bolsillo púes no simplemente marcaba la hora sino que al abrirlo, de un lado hay una foto de él con sus cuatro hermanos y madre protegida por un vidrio. El remarcó del reloj es dorado y el fondo de azul noche con detalles en dorado, celeste, azul y blanco.
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- Perdón por tomarme el atrevimiento de elegir ésa foto… pero si no te gusta puedo mandar a que la cambien y…- me disculpé púes aunque a mí me encantaba ésa foto no sabía si a él le agradaría pero me terminó por interrumpir cuando empecé a hablar un poco más acelerado.
- Gracias… es perfecto…- dijo el bicolor con tranquilidad sin dejar de mirar la foto… en su rostro pude divisar un poco de nostalgia y tristeza.
- Shoto… ¿Porque no vienes con nosotros? Estaremos en el patio- lo invité a que venga con migo
- Gracias… pero debo seguir entrenando- respondió firmé ante su decisión
- Ya has entrenando suficiente, no debés forzarte hasta el extremo… - dije con un tono muy serio para soltar un suspiro y volver a hablar- Shoto… eres humano, no una máquina a la que se le asignó una tarea y se espera que la complete sin errores… no eres el producto perfecto que fue creado para cumplir los objetivos de alguien más, aunque siempre te hayan dicho lo contrario, no lo eres, porque sos una persona independiente, que debe tener sus propios sueños y metas- argumenté intentando hacerlo entrar en razón.
