٬ 👹 ․⠀Lucero. ˚ . ✦ (Minsung)

15

—Desde el primer momento que entraste a casa supe que serías el indicado para mi Honnie, siempre me imaginé que estaban destinados o algo por el estilo.

MinSek se encontraba haciendo galletas, mientras Minho y Jisung se miraban algo avergonzados.

—¿Cómo que destinados?

Todo quedó en silencio. MinSek miró a Lucero en plan de "¿No le contaste?" Y Minho volvió a sentirse un idiota por quedar fuera de todo.

—Creo que ya es hora de contarte, Honnie. No hay peligro de que Kazuha nos encuentre aquí, tiene prohibida la entrada.— Tomó la mano de su amado y sonrió.

~~~
1722, Zero Earth Dimension, post Eleven War.

—Ella.. va a matarme, Lucero, ese era el trato si ella ganaba la guerra.

El chico de cabello castaño tiró de sus hebras con rudeza, cómo si no pudiera aceptar el hecho de que habían sido derrotados.

—No, no puedes irte de mi lado ¡Ella no puede llevarse tu alma!— Sostuvo a su novio entre sus brazos, negándose a dejarlo ir.

—Lucerito, amor, tranquilo, el lado positivo es que ella tendrá mi alma por tres siglos, según lo que dijo Bin, volveré a nacer y podremos estar juntos si somos más cuidadosos. No es la mejor noticia, pero podemos reencontrarnos luego.

Se tomaron de las manos, todo se sentía cómo una brutal y dolorosa despedida.

—No hay lado positivo si te pierdo Linho, entiéndeme.

—Tres siglos, Hanlu, solo tres siglos y nos volveremos a encontrar. No podemos seguir rompiendo leyes celestiales o nos matarán a ambos, no me importa entregar mi alma con tal de que tú estés a salvo.

Linho prácticamente le rogó, ambos al borde del llanto, sin poder soltar sus manos. Lucero asintió, aunque eso significará perderlo durante años.

—Está bien, pero créeme que cuando el 2022 comience, te buscaré en cada maldita casa y te traeré de nuevo conmigo, nunca dejaré de amarte.

—Yo tampoco, mi amor, pero es tiempo de dejarme ir..

—Te amaré cada jodido día, sin importar que, te lo prometo.

~~~

Minho no podía creer todo lo que estaba escuchando, pero con cada palabra los recuerdos comenzaban a golpear su mente con fuerza. Su corazón latía con rapidez y no sabía en qué momento sus ojos habían comenzado a llorar.

—¡Oh, Dios mío, Lucerito!

Se tiró encima de Jisung, abrazándolo con toda la fuerza de su cuerpo, Hanlu se veía igual o aún más feliz de que recordara todo lo que pasaron juntos.

—Te prometí que te amaría cada día hasta que volvieras, y aquí estoy, Minho.

MinSek también estaba al borde del llanto ante tan conmovedora escena, los tres se encontraban demasiado sentimentales por el reencuentro del alma de Linho con la de Lucero.

Cuándo de repente un azote se sintió en el techo de aquel hogar, rompiendo el techo que casi cae sobre Minho.

—¡Salgan de ahí, malditos criminales!

Lucero reconoció esa voz fácilmente, Kazuha los había atrapado.