٬ 👹 ․⠀Lucero. ˚ . ✦ (Minsung)

" dangerous "

-Yo.. creo que fué lo mejor.

Minho y su chico iban por las calles del paraíso caminando con sus manos entrelazadas, después de toda aquella disputa y la solución que dió congreso estuvieron en silencio.

-Supongo que sí.- Respondió Lucero luego de unos segundos.

-¿Estoy molestándote? Porque si es así, puedo volver a la tierra hasta mañana, yo..

-Nunca podrías molestarme, Honey. Ven, quiero mostrarte algo.

Corrió a través de las calles hasta llegar a uno de los límites del paraíso, allí se podía ver una playa con agua totalmente cristalina. Hanlu se sentó en la arena, palmeando su lado para que su enamorado fuera junto a él.

El sol artificial del paraíso se escondía, dejando ver un hermoso atardecer de tonos azules y brillantws, como todo allí. El silencio volvió a adueñarse del ambiente, y mientras Minho observaba el hermoso paisaje, Jisung solo podía admirarlo a él.

-Nunca creí que pudiéramos volver a estar juntos..

Finalmente habló, desviando su mirada del chico. El pelimorado lo miró y se acercó más a su lado.

-¿Por qué dices eso?- Preguntó tomando su mano.

-Porque tenía miedo, tenía miedo de que no confiaras en mí o que no quisieras arriesgarte, cualquier cosa podría haber salido mal. No lo sé, soy muy peligroso para tí, todo lo que me rodea lo es.

-Quizá si seas uno de los cinco complementos del infierno, tal vez eres peligroso para mí, pero a mí todo eso no me importa, mí pequeño Lucero, yo te amo y te cuidaré, aunque tenga que dar mi vida y mi alma por ello.

Minho le respondió abrazándolo y dejando un beso en su mejilla; ahí estaba su hogar, su verdadera alma gemela, Han Lucero Jisung era lo mejor que tenía.

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-Muy bien, congreso, estamos aquí reunidos para la realización de la ceremonia de bienvenida al infierno de Lee Minho. El evento será corto, Minho tomará una copa de vino que contiene cierto ácido que matará su cuerpo físico en unos pocos minutos, sin sufrimiento no ningún tipo de daño, de ésta manera, Leviathan ubicará su alma en una de las dimensiones y de allí lo iremos a buscar.

Todos asintieron, por más que a Lucero le doliera ver a su amor morir frente a él, lo vería resucitar frente a sus ojos y por fin serían libres.
Minho no se veía asustado, más bien lo contrario, todos lo veían bastante feliz por lo que ocurriría.

La copa de vino fue servida por Bin, el químico echado por Bael, la bebida