٬ 👹 ․⠀Lucero. ˚ . ✦ (Minsung)

14

—¿Por qué viajar entre las dimensiones del propio infierno es tan fácil? Porque para ir al Inframundo y a la península solo tomamos un tren, pero para ir al paraíso o a mí dimensión tenemos que ir a las líneas límite.— Minho consultó mientras viajaban.

—Simple, el Inframundo, la península, Hamisha'oui y Elfland quedan en el mismo plano existencial, mientras que el paraíso y la tierra están en otro.— Respondió Hanlu, mimando a su amado.

—Ouh, ya.

—Eres muy curiosito, bebé.— Dijo Lucero en tono tierno.

—Quiero aprender sobre tu mundo, Lucero.

—Tú eres mi mundo.

Minho rió enternecido y Hanlu dejó un corto beso sobre su cabeza, observando su cabello.

—Tienes el color de cabello algo desgastado, más que morado parece blanco o lila.— Comentó.

—¿Me queda mal? Tal vez debería..

—Shh, te queda precioso.— Interrumpió, dejando un piquito sobre sus labios.

"Península de las guerreras" anunció el parlante, se levantaron de los asientos y salieron del tren, encontrándose con una ciudad que destacaba totalmente del infierno común. Era colorida, mayormente rosa y amarilla, animales andando por doquier y mujeres cantando, bailando y usando la ropa que quisieran con libertad.

—Que hermoso lugar.

—Así es, mi madre lo mantiene muy bien. Ven, vamos a buscarla, su casa no queda tan lejos, quizá ella pueda decirnos dónde está MinSek.

Minho volvió a tomar su mano, entrelazando sus dedos con los de Lucero. Caminaron juntos rumbo a la casa de Chaewon Lilith, la cuál se destacó al instante por tener un unicornio gigante real fuera.

—¿¡Los unicornios existen!?— Minho preguntó encantado con el lugar en general.

—Aquí todo existe, Honey.

A lo lejos se podía visualizar a una mujer de cabello negro, con facciones delicadas y un vestido blanco bailar al ritmo de la música clásica. Sus ojos eran color morado profundo, parecidos a los de Jisung; encima de su cabeza poseía dos pequeños cuernos color blanco. El pelimorado supo que se trataba de Lilith cuando Jisung comenzó a caminar hacía ella.

—¡Lucy! No me esperaba una visita tuya, hace mucho que no te pasabas por aquí.— La chica corrió a los brazos de su hijo, abrazándolo cómo si llevara años sin verlo. —¿Y a quién tenemos por aquí? Se parece mucho a Linho.

En ese instante, Jisung pareció querer asesinarla con la mirada; su madre entendió al instante y dejó que respondiera.

—Él es Lee Minho, vinimos a ver a su madre.

—¡Claro, el hijo de MinSek! Ven, tu madre está decorando su nuevo hogar, es una mujer muuy agradable~

Chaewon daba pequeños saltitos en dirección al lugar, que quedaba a tres o cuatro casas de distancia. Minho reconoció a su madre y corrió hacía ella, abrazándola por detrás. Ella también supo que se trataba de él por su característico olor a menta.

—¡Minho, bebé!

Se abrazaron muy fuerte, el pelimorado no pudo evitar volver a llorar.

—Mi niño, mi niño, no llores ¿Sí? Estoy aquí, estoy bien, lamento haberte dejado tan de la nada.
Quiero decirte que sé todo lo de Jisung, también lo de Seungmin y no los culpo de absolutamente nada, Chaewon es encantadora al igual que él y me explicó el peligro que corrías.— Acunó el rostro acuoso de su hijo, intentando calmarlo.

—Te amo, mamá.

—¡Yo también, pequeño! Pero no hagamos ésto algo triste, puedes venir las veces que quieras, solo debes hablar con Lilith o con Lucero y te traerán a verme. Ven, pasa, estoy decorando mi casita, puedo hacerles un té ¡Te hice una habitación para que vengas cuando quieras!

Su madre se veía feliz, radiante, nunca la había visto mejor que ahora. No sabía si sentirse feliz o triste, su madre estaba bien, pero él se quedaría solo en casa con las visitas recurrentes de Seungmin ¿Qué haría con su vida?

—Nunca estarás solo.

Jisung apareció a su lado, abrazándolo por el cuello. El de cabello morado rodeó la cintura de su chico y se miraron fijamente unos segundos, para después unir sus labios en un beso suave.

—¡Hey, tortolitos, vengan a tomar su té!

Gritó MinSek desde el interior de la casa, haciéndolos reír.