XXIV

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Thoma se encontraba caminando por las afueras de la ciudad buscando a Itto, hacía un mes y un poco más que no hablaba con el oni desde aquella pelea, habían pasado tantas cosas y aún tenía que procesar otro tanto de ellas, preguntaba en los puestos si lo habían visto pero extrañamente no había aparecido por la ciudad, incluso al encontrarse con el General Sara esta le comentó de cierta preocupación que mantenía al ser que Itto no había sido amonestado o arrestado en todo el mes, los miembros de la banda Arataki y Kuki Shinobu no habían pisado la ciudad de Inazuma desde hace un rato, era extraño en todos los sentidos.

Se animó a pasar por la Editorial Yae en dónde para su sorpresa encontró a Kuki hablando con la encargada, le echó un vistazo tímido de acercarse debido a la situación anterior, la peliverde lo notó lanzándole una mirada confusa. — ¿Qué haces aquí? — Thoma se acercó con una expresión incómoda, notó como le entregaban productos de la Srta. Hina a Kuki, la revista en la que suele poner sus columnas y un póster enrollado.

Al parecer Itto seguía siendo su fiel admirador a pesar de que Thoma le soltó una bomba enorme al revelarle que era Gorou. Kuki no dudó en darle una nueva mirada con el ceño fruncido. — Si preguntas, él está bien.

— ¿De verdad? — Kuki se lo pensó por un momento, hizo una ligera mueca con los labios y soltó un suspiro. —  A decir verdad está más triste porque no le has hablado en todo el mes que por el hecho de no haber sabido que la Srta. Hina sea el General de Watatsumi. — Comenzó a caminar mientras que Thoma le siguió detrás, le ayudó a Kuki con los demás productos que tenía, eran comida y algunas prendas de ropa, Thoma se sintió bastante culpable pero los recientes acontecimientos en la Hacienda Kamisato lo habían vuelto a ocupar, pensaba todos los días en hablarle al oni pero le daba vergüenza luego de lo que hizo. 

— ¿Puedo hablar con él ahora?

Kuki se detuvo y le lanzó una mirada de soslayo, sin embargo no pudo evitar suspirar. — Te diría que no por orgullo... pero es más mi orgullo que el del jefe. — Intercambió las cosas de la Srta. Hina por las otras que llevaba Thoma. — Habla con él, estoy harta de que llore por ti mientras abraza una figura de Gorou vestido de mujer encerrado en su habitación, parece adolescente. — Thoma rió por la imagen mental que la chica le creó. Caminaron hasta las afueras de la ciudad hablando un poco más sobre los acontecimientos de este último mes hasta llegar a la casa de la abuela oni, tocaron la puerta siendo bienvenidos por una señora ya mucho mayor y una sonrisa amable que los dejó entrar a su prqueño hogar. 

— Qué agradable sorpresa volverte a encontrar, Thoma. — Le tomó de las manos suavemente y Thoma hizo lo mismo con el temor de apretarlas de más, se sentían tan frágiles. — Itto está en su habitac- — Fue interrumpida por unos pasos pesados que llegaron desde el fondo de la casa.

— ¿THOMA? — El mencionado miró a Itto quién instantáneamente lloró casi abalanzandose hacia él. — ¡THOMAAAAA, HERMANO! — Fue tomado entre los brazos del más grande y estrujado con la fuerza suficiente como para romperle una costilla.

— ¡Itto, me asfixias!

El oni lo soltó de repente y se cruzó de brazos siendo digno. — Ejem, ¿Qué haces aquí? — Se dio la vuelta como un niño pequeño bastante indignado, Thoma tosió con vergüenza tocando su hombro para posicionarse frente a él. — ¿Uh?

— Lo siento, amigo. — Admitió con sinceridad, los ojos verdes de Thoma miraron a aquellos ojos rojos de Itto, su expresión lucía sincera y con bastante arrepentimiento, Itto si que quería perdonarlo pero aún debían hablar de muchas cosas, le dará un perdón temporal, sí, esa es una decisión inteligente, al menos eso pensaba hasta que Thoma le extendió los productos de la Señorita Hina.

boys like boys too | Ayato x Thoma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora