boys like boys too | Ayato x Thoma

XXIII

Ayato se levantó del futon como si nada caminando hasta dónde Thoma quién lucía nervioso, se colocó junto a él y colocó su mano en su hombro. — Nada, sólo estábamos durmiendo. — Una sonrisa falsa se hizo presente saliendo de la habitación para así caminar en dirección al comedor, Ayaka ensombreció su expresión. 

— Ah sí, jaja, acabábamos de despertar. — Comentó Thoma saliendo de su habitación cerrandola detrás de sí, caminó junto Ayaka y le invitó a hacer lo mismo con un gesto, ella simplemente le siguió.

— ¿Han dormido bien? ¿Cómo les fue en su misión de anoche? — La chica trataba de ignorar lo que había visto y sucedido, trataba de ignorar sus celos, Thoma sonrió a medias pensando en que decir para justificar sus heridas.

— Ha ido bastante bien, solo he tenido que entregar un paquete, sin embargo me encontré con unos cuantos monstruos en el camino. — Rió con nerviosismo pero no importaba, esperaba que Ayaka no preguntara más.

— Oh... Por eso estás herido. — Se acercó a Thoma tocando su mejilla suavemente y por un instante él se desconectó del mundo sintiendo la suave y delicada mano de la princesa acariciando su mejilla lastimada, era una sensación suave, como si lo acariciara una pluma, quería rendirse ante Ayaka pero no lo hizo, tomó su mano suavemente fingiendo que dolía su herida. 

— Ouch. — Dijo bajándola ante la expectate mirada de Ayaka, solo sonrió para así caminar con ella de la mano hasta el comedor encontrándose con Ayato y Sayu comiendo juntos, la niña hablaba sobre comer mucho para crecer mientras que Ayato también le daba "consejos" para poder crecer, sin embargo, sus miradas no pasaron desapercibidas a las manos de ambos jóvenes, Ayato frunció ligeramente el ceño ignorando la situación cosa que ni Thoma ni Ayaka notaron.

El pelinaranja soltó la mano de la menor y caminó hasta sentarse al lado de Sayu quién estaba al lado de Ayato, la niña tenía la boca llena de granos de arroz por lo que tomó una servilleta para limpiarla mientras seguía comiendo y hablando. — Thoma, ¿verdad qué necesito solo dormir para crecer? — Él rió aprovechando para limpiar también sus manos, Sayu solo se dejaba hacer mientras comía con una mano y luego con la otra con los palillos.

— No, también para crecer necesitas comer verduras. 

— ¿Lo ves? Te lo dije. — Sayú frunció el seño con la voz de Ayato y lo miró.

— Tú me dijiste que solo necesitaba dormir y tomar booba para crecer, ¡Yo no sé que es una booba! — Ayato miró a Thoma quién frunció el ceño ante un consejo tan... estúpido, Sayu de igual forma le miraba molesta, aún así se levantó para tomar el vaso de booba que Ayato tenía en su lado,  y comenzó a tomarlo sintiendo aquellas bolitas de gelatina en su boca que la sorprendieron, sabía rico pero la textura para una bebida así era un poco extraña para ella.

— ¡Eso tiene cafeína! — Casi gritó Thoma quitándoselo de las manos a la niña anemo.

— Vamos Thoma, qué aprenda de todos los sabores. — Alegó Ayato esta vez quitándole el vaso de las manos a él para volver a dárselo a Sayu.

— Mi señor, la cafeína en el cuerpo de una niña no es bueno. — De nuevo, se lo quitó de las manos para dejarlo a un lado.

— No importa, cuando los niños comienzan a madurar también toman cafeína. — Ayato se estiró para volver a tomar el vaso a lo que Thoma se negó.

— ¡No, Sayu todavía no tiene esa edad! — Estaban peleando mientras que Sayu de un momento a otro comenzó a ignorar a ambos hombres volviendo a comer su arroz y disfrutar de un dango qué los sirvientes habían hecho para ella. 

Ayaka se sentía excluída de todo, apartada, solo observaba como ambos hombres peleaban por una estupidez, parecía que eran una pareja discutiendo por el bien de su hija, ya los había visto dormir con ella, ahora la cuidaban también, para Ayaka la lógica era muy estúpida no pudiendo evitar sentirse molesta ante los actos de los dos. — Tch. — Fue lo que salió de sus labios apoyándose en su mano sobre la mesa esperando a que dejaran de pelear, la pelea finalizó en que Thoma prefirió servirle leche de dango a Sayu en un vaso pequeño, ella simplemente lo tomó sin quejarse, pero también sacó la lengua a Ayato.