XXXVI

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Este tipo de cercanía con Ayaka no era algo normal entre ellos, la chica estaba desnuda de espaldas a él dentro de la bañera, la chica le había pedido que le tallara el cuerpo mientras que Thoma se encontraba sumamente incómodo con la propuesta pero no era quién para negarse, después de todo él solo era el criado de los Kamisato. Le tallaba la piel suavemente mientras intentaba que sus propios dedos no tocaran la zona, el sonrojo en su rostro era evidente y no podía hacer nada para controlarlo.
Ayaka por su parte intentaba coquetear con él de alguna forma u otra notando que solo lograba ponerlo nervioso aunque ella no sabía que sus nervios no se trataban por ella sino por la situación incómoda en sí misma.

Thoma no quería estar cerca suyo.

— No puedo hacer esto, lo siento, mi señorita. — Se sinceró con ella soltando la esponja de baño y se levantó saliendo de la habitación.

— ¡Thoma! ¡Espera! — Intentó sujetarlo del brazo pero él simplemente la ignoró dejándola sola en la bañera. Se sintió un poco culpable, suspiró cerrando los ojos con una notable molestia recorriéndole la frente con una mueca, ¿Acaso su sirviente le ha ignorado? Salió de la bañera tomando una toalla para comenzar a vestirse y secarse.

Thoma volvió a su habitación desconcertado de todo lo que había pasado en un tan corto lapso de tiempo, hoy no tenía ganas de hacer nada y ahora mucho menos que había sucedido esto, sus ánimos estaban por el suelo y por alguna razón se sentía bastante culpable, intentaba recordar lo que había pasado en la noche anterior pero no lograba hacerlo concretamente, comenzaba a dolerle la cabeza con furia frunciendo el ceño, se acostó en su futón exasperado y usó la almohada para cubrirse la cara dejando salir un grito ahogado mientras pataleaba, como un niño pequeño haciendo un berrinche.

— ¡Mierda, mierda, mierda! ¡¿Qué diablos pasó anoche?! — Lanzó la almohada a un lado tirando algunas cosas de su mesa.

— ¿Qué pasó de qué?

El rubio se asustó volteando en dirección a la puerta, ahí estaba Childe con expresión aburrida. — Me ofrecí a buscarte cuando Lord Kamisato mencionó que te habías tardado bastante en regresar. — Se recargó en la puerta y con un movimiento de su mentón le preguntó que pasaba nuevamente. Thoma suspiró y se resignó a contarle en voz baja lo que había sucedido o... lo que probablemente sucedió, Childe que ya había entrado en la habitación y cerrado la puerta se mantuvo todo el momento pensativo hasta que el chico terminó. — ¿No pensaste en que tal vez te acostaste con ella? — El rubio de tan solo pensarlo se erizó.

— Sí... pero es que no recuerdo nada, eso es lo que más me tiene con incertidumbre. — Se había acostado en el futón y miró al techo unos momentos antes de cerrar los ojos, con el silencio de la habitación gracias a que Childe también se encontraba pensando en posibilidades, trató de recordar las sensaciones que había tenido, una la tenía clara: había sentido placer en algún punto de la noche. Eso era, aunque no sabía exactamente en qué punto de su cuerpo, sin embargo, también recordaba los labios de alguien.

— Ah, ¿Y si fue Lord Kamisato? — Preguntó el pelirrojo dirigiéndole una mirada a lo cual Thoma negó con la cabeza.

—  No, me hubiera dado cuenta porque realmente lo reconozco.

— Pues yo no fui. — Childe alzó las manos negando con la cabeza a lo que el rubio frunció el ceño.

— Nunca pensé que fueras tú. — Se acostó de lado apoyando su codo en el piso y su cabeza en su mano. — Sé que estás con el señor Zhongli. — Childe rápidamente adquirió un color rojo intenso en todo su rostro mientras negaba insistentemente entre balbuceos. — Ay por favor, todo el mundo sabe que ustedes dos están junt-

boys like boys too | Ayato x Thoma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora