5. Me quieres... me amas.

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— Pero... ¿me quieres? — Preguntó, él, con sus negros ojos llenos de lagrimas, tan brillantes como siempre lo han estado.

Por supuesto que le quería, pero no estaba segura de que lo quiera de la manera correcta, quiero decir... aunque la respuesta fuera clara en mi cabeza, ahora esta divagaba y no podía encontrar mis propias palabras para responderle.

Doce Horas Antes

— ¿Juliet? — Preguntó mi madrastra desde el otro lado de la llamada.

Mi voz estaba agitada, ya que Steve estaba bajo mi vestido, así que me limité a contestar: — Ajá.

— Juliet, ¿eres tú?

— Sí, ¿Qué sucede?

Hubo un gran silencio, en el cual utilicé para morder mis labios y evitar gemir en la llamada, pero nunca me esperé escuchar el llanto de Laurel desde el otro lado.

— Es Georgia...— su voz se entrecortó—... falleció, traté de comunicarme contigo pero un tal Steve o Steven contestó la llamada y fue tan desagradable... — trató de mantener la calma pero su voz temblaba más de lo normal cuando lloraba.

— Espera, ¿Qué? 

Laurel, mi madrastra, a través de la llamada lloraba tanto que hacia me quedara en shock, apenas podía ver o escuchar, lo único que escuché con claridad fue: Georgia falleció.

— Tu hermanita quería despedirse de ti, pero no pude contactarte... lo siento tanto Juliet.

— Iré a casa.— Dije, y corté la llamada.

Steve seguía en medio de mis piernas, no se ha enterado de la conversación, así que yo solo me dispuse a llorar sin miedo a ser escuchada, Steve salió de mi vestido con una gran sonrisa.

— ¿Lo estoy haciendo bien... — Me observó y frunció el ceño — ¿Qué pasó? ¿estás bien?

Me puse de pie, bajándome de la mesa de atención, y lo empujé, golpeé su pecho empujándolo hacia atrás haciendo que choque con el otro extremo de la mesa de atención y comencé a llorar sin ningún tipo de vergüenza. 

— ¡Hey, ¿Qué pasa?!— Gritó mientras me tomaba de mis muñecas para impedir que siguiera golpeándolo.

Traté de golpearlo nuevamente, pero me era imposible tras su agarre, en el fondo comprendía que yo nunca le avisé a Steve sobre que le había dado el número a mi madrastra, él no tenía idea y no debía porque tenerla... pero me dolía que él haya podido comunicarse con ella mientras estaba viva. Entonces, le abracé, porque era lo que yo necesitaba, un abrazo, y lloré en su pecho, Steve no sabía muy bien que hacer así que se tardó unos segundos en acariciar mi espalda.

— Hoy llamó una mujer...

— Todos los días llaman mujeres...

— Ya, pero esta mujer era mi madre.

— No, no llamó tu madre.— Respondió, rápido.

Sabía que mentía, entonces, le di la espalda y me dirigí a la oficina del jefe, la cual siempre está vacía pero guarda todas las grabaciones de llamadas, me senté en su silla acolchada y busqué entre todas las cintas la fecha de hoy en turno de mañana. 

Steve iba detrás de mí tratando de detenerme.

— Vamos, Juliet, no tienes que hacer esto.— Se quejó, mientras me quitaba el reproductor de casete de las manos.

— ¡¿Hacer qué?!— Le grité alterada, mientras golpeaba la mesa con las palmas de mis manos.

— Puedo decírtelo, no debes escucharlo, te hará mal.

DUSTIN'S  SISTER | EDDIE MUNSON [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora