Mujer problemática [Shikadai Nara]

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Fue la primera en atravesar el portal y recibió un fuerte abrazo de su madre y Himawari, detrás de ella llegaron los demás y la liberaron.

–¡Mujer problemática!.

Su mirada viajo hacia las escaleras en donde apareció el Nara, pudo notar su respiración agitada, cuando la vio no dudo en correr hacia ella y abrazarla.

–Oh, esto es nuevo. Pero no me quejo– correspondió a su abrazo mostrando una sonrisa –Ya se que no puedes vivir sin mí.

–Que fastidio– el Nara se separó de ella –Bienvenida de nuevo.

–Gracias, Shikadai...

–¿Estás bien?.

–¿Eh?. Ah, si...– su visión se puso borrosa –Creo que voy a.. desmayarme.

–¿Hinako?– la uzumaki cayó en sus brazos –¡Hinako!.

–Ella está bien, Shikadai. Solo debe dormir, hizo mucho hoy– aclaro Naruto.

–Ah, si...– miro a la chica en sus brazos quien respiraba lento, no pudo evitar sonreír –Descansa, mujer problemática.

(...)

–Quien te viera pensaría que no eres una mujer...

Hinako comía con rapidez sin importarle ensuciarse, todo su cuerpo estaba cubierto de vendas y traía una bata de hospital.

–Déjame comer como quiero. Estoy muerta de hambre.

–Que fastidio. ¿Te dijeron cuando saldrás?.

–La mamá de Sarada dijo que debía reposar hasta nuevo aviso. Tal parece que sacaron gran parte de mí Chackra pero estaré bien, solo debo reponerla descansando.

–Lo siento...

–¿Por qué?– dejo de comer su ramen para verlo –Estoy bien y eso es lo que importa ahora.

–Si, pero. De solo imaginar todo lo que sufriste me hace sentir..-

–No te mentire. Estuve muy asustada, asustada de morir en manos de esos sujetos. ¿Y sabes que me ayudó?.

–¿Que?.

–Pensar en ti...– el Nara se sorprendió –Cuando me deje llevar por la ira lo único que me ayudó a regresar en mí fue pensar en ti.

–Hinako, tu-

–Tu eres la persona que me hace reír, al igual que Chouchou, Inojin, mí familia. Pero tu eres como.. mí luz, Shikadai.

–Yo...

–Sera mejor que vuelva a dormir. ¡Debo reponer fuerzas para regresar al equipo como nueva!– le regreso el tazón –Gracias por el ramen.

–Espera, tengo algo para ti.

–¿Para mí?. ¿Que es?. ¿Otro ramen?. Me cabe otro en el estómago.

De su bolsillo saco una cosa brillante que la hizo sonreír.

–La encontraste. Creí que la había perdido en la pelea.

–La encontré cuando ayudamos a reconstruir el estadio, era lo más brillante que había allí– tomo su mano y lo coloco en su lugar –Trata de no perderla de nuevo.