Juntos si podemos

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007.

(A continuación esto será un capítulo narrado solo por Siete, y no habrán más personajes por salir)

Abrí mis ojos por el frío que recorrió mi cuerpo, y seguía en el bosque, con la bata sucia, bastante bien sucia, volví a caminar hasta encontrar una casa abandonada, una casa muy linda, grande, me acerque a la puerta y estaba cerrada, intente sacar eso que tenía una tabla grande que cubria.

Suspiré y alze mi mano, me concentré en aquello entonces lo hize volar. Suerte que nadie me vio. Abrí la puerta y entre, todo tenía telarañas y habían arañas en ellas, había un reloj grande, ahí, estaba nuevo, es extraño por qué todo aquí es sucio y viejo.

Mientras caminaba ví algo extraño, una luz que venía de el ático, esa luz alumbraba más fuerte a medida que yo me acercaba.

Me acerque y no había nada, entre a las habitaciones y encontré ropa antigua, debió vivir aquí una niña y si es una niña también hay una madre, o un papá.
Fui a la otra habitación donde encontré ropa de señora y señor. Obte por ponerme la de el señor. Ya que vestidos no tenía ganas de eso.

Levanté una camisa y una camiseta blanca, la sacudí y salió bastante polvo de aquella, ví un pantalón azul, entonces también me la puse, limpie un espejo que había ahí y ví mi cuerpo completo, me quedaba bien y algo grande pero bien.
Me puse unas botas que había encontrado justo a mi medida, como si alguien me estuviera recibiendo aquí.

Baje abajo otra vez y no sabía que más hacer, supongo que limpiar, pero será algo más de trabajo ya que ni agua había, y la casa es muy grande, me tomara una semana al menos eso creí.
¿En dónde consigo agua?. ¿Algo para comer también?.

Agarre un trapo y limpie primero la mesa de el comedor, si que necesitaría agua.
Me acerque dónde suelen lavarse las manos, entonces supongo que tendré que buscar agua con mis poderes. Suena ridículo pero ay que intentar.
Alze mi mano y cerré los ojos buscando esa energía que necesito tener, entonces lo traje hasta a mí y escuché como el agua comenzó a bajar. Sonreí y agarre algo.

Entonces remoje el trapo ahí y empezó a limpiar mucho mejor.

Me pase el día entero limpiando y limpie casi la mitad de todo, ya se veía mucho mejor limpio también. Pero limpie el cuarto de un niño, su cuarto es mucho más lindo que el de todos, limpie eso y dormiré ahí está noche, pero necesito comida tengo demasiada hambre. Ya había sacado gran parte de todas las telarañas aquí.

Salí de la casa y las calles estaban vacías, camine entonces leí un letrero que decía. "comida rápida", camine hasta ahí y era más grande de lo que creí, habían muchas ventas de eso, pero me llamo algo más la atención, "Helados". No estaba tan lleno y la gente me miraba con cara rara. Será por mi cabello rapado o mi ropa.

Seguí caminando hasta llegar ahi, había un chica y otro chico, se ve que son amigos.  Me acerque a ellos y ambos notaron me presencia.

—Hola ¡Bienvenida! ¿Que sabor de helado quieres?—hablo la chica con una sonrisa.
—Tengo hambre—susurre y ella escuchó.
—Oh, ¿Cómo podemos ayudar?—ya me dió vergüenza.
Alze la vista y ambos estaban mirándome a los ojos, suspiré y salí de ahí.
Pero el chico me detuvo.
—Espera—sonrio—escuche que tienes hambre, ten este dinero, ve a comer lo que quieras—me dió *dinero*.
—¿Dinero?—mire lo que me había dado y el asintió.
—Si ya sabes el dinero te resuelve la vida, por cierto soy Steve—hablo animado y le sonreí.
—Gracias, pero ¿Donde la compro?—el miró a su alrededor
—Mejor te llevo yo—miro atrás y agarro mi brazo para que caminara.
—¿Por qué no tienes cabello?—hablo entonces quise esconderme en ese momento y agarre mi cabeza.
—¿Soy fea?—susurre y el nego
—¡No!, No no, para nada, solo pregunté perdón—hablo y asentí.
—¿Cómo te llamas tú?—pregunto
—Me llamó Siete—el arrugó las cejas.
—¿Cómo el número?—asenti y no dijo nada más.

El fue a comprar comida y tuve que esperarlo afuera. Entonces ví caminar a los chicos, Eran Mike, Lucas, y Will, y una chica con pelo rojo. Estaban discutiendo por lo que me di cuenta.

—¡Aquí tienes!—me entrego muchas bolsas y las sostuve.
—Oh esos son mis amigos—miro y cuando cruzaron miradas ellos se acercaron.

Will me miró como si ya me conociera y aparto la vista.
—Hola Steve—hablo Mike, Lucas y la chica también lo saludaron entonces ellos me miraron.
—¿Quien es ella?—dijeron
—Es una amiga, se llama Siete—suspiro.
—¿Eres un número?—dijo la chica y asentí.
—Y esa ¿Ropa? Es de ¿Tu padre?—mire mi ropa y negué.
—Papá es malo—susurre.
—Chicos basta, la están asustando, mejor vayan a hablar a otro lugar—Steve me miró
—Ve con ellos, luego puedes ir a casa a comer lo que te di—sonrio y apretó mis hombros para luego irse.

Los cuatro me miraron y la chica agarro mi mano y hicieron que camine, salimos de ahí y fuimos debajo de el árbol. Entonces los cuatro me rodearon.
—Me llamo Max por cierto—sonrio.
—¿Max?,es bonito—dije y ella sonrió aún más.

—¿Por qué te llamas como el número?—Will pregunto y lo mire
—Papá me puso así—hable bajo
—¿Y tú cabello?—Lucas tocó mi cabeza.
—Papá me lo cortó—respondí.
—¿Dónde vives? Podemos llevarte—negué a lo que Mike dijo.
—Papá es malo, si vuelvo van a matarme—hize una mueca y ellos se asustaron.
—Todo estará bien—Max apoyo pero volví a negar.
Alze la vista y mire a los lejos a Peter, el también me miró y se estaba acercando.
—Ayudenme por favor—susurre asustada. Ellos miraron hacia atrás y no vieron algún conocido pero Peter se estaba acercando.

Tome las bolsas en mano y corrí, escuché como los demás me gritaron pero los ignore.

Al llegar a casa cerré la puerta y puse las bolsas de comida en la mesa, y me senté a tomar aire un momento cuando la puerta fue abierta, ¿Peter?, Otra vez tu.

—Siete ¿Que haces en esta casa?—pude notar su susto.
—¿Que quieres?—dije .
—A tí—hablo delicadamente, pero negué.
—Por favor vete—susurre entonces se acercó a mi.
—No puedo, está es mi casa—entonces lo mire.
—¿Tu casa?—el asintió.
—Si, mi casa, y veo que la limpiaste—sonrio y se acercó más a mí—Siete ¿Que hago para que me perdones?—susurro y acarició mi mejilla, tuve muchas ganas de abrazarlo y besarlo pero algo me decía que no.
—Dejame sola—respondi
—No puedo, por qué pertenezco a ti, como tú a mí Siete—susurro
—Ah si me dejaste sola sin nada más, por culpa tuya me castigaron hasta ya no poder más, los días se convirtieron en infierno y mucho peor allá—alze la voz pero el suspiro y me besó. Simplemente me besó, ¿Una disculpa es esa?.

—Te amo.....




[•♪*’°]
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