vi. ¿A qué sabe el amor?

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❝ I wanna know know know,
what is love  ❞

❝ I wanna know know know, what is love  ❞

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Álix no sabe si los encuentros por casualidad en realidad son por casualidad. En realidad, lo joven castaña no sabe muchas cosas, pero ese no era el punto. El punto era que el camino le resultaba demasiado familiar para ser la primera vez. Parecía que todo estaba planeado como para haber sido pura coincidencia.

Pero Alix necesitaba creer que fue una coincidencia.

Necesitaba creer que había sido una coincidencia que un día abrió los ojos y despertó en este mundo donde de todos los lugares del mundo apareció justo al lado de donde estaba el tercer hijo de la dinastía Schreave-Singer.

Miró a su izquierda, a ese buró que tanto le gustaba, 6:24 am.

Tenía la mirada perdida y probablemente soltó lo que sería su décimo suspiro del día, tan solo llevaba 15 minutos despierta. El frío de la mañana en Angeles le acariciaba suavemente la piel, culpa del diminuto espacio de su ventanal que acostumbraba dejar abierto para sentir la brisa de la noche y cómo se colaban las estrellas en su habitación a palabras de ella. La castaña juraba que escuchaba tintinear a las estrellas de esa forma.

6:30 am. Emethy entró.

—¡Dios mío Welli, me dio el susto de la vida!

Alix giró su cabeza abriendo los ojos de la sorpresa lista para disculparse por asustar a su doncella despertándose más temprano de lo habitual. Pero en cuanto vio el conjunto de ropa colgado en un perchero tras de ella casi a la altura de la puerta principal de su habitación, cerró los ojos con fuerza y se aventó a su almohada para ahogar su grito desesperado.

Era un azul precioso, un azul que reconocía del océano más bello que ella tuvo el honor de admirar.

Un azul que solo los ojos de Kaden Schreave podían tener.


8:25 am, le costó mucho mantenerse despierta en el transcurso del trayecto del palacio al aeropuerto de la capital de Illéa. Durante los primeros quince minutos el coche negro donde viajaban le dio la impresión de que la llevaría a otro planeta.

Alix sonrió para sus adentros mientras cruzaba sus dóciles manos y las apoyaba en sus piernas, le gustaba imaginar que los viajes en el tiempo y espacio eran posibles. El auto estaba tan bien cuidado que pensó solo era una distracción para que no se diera cuenta al traspasar el portal mágico que la sacaría de su mundo.

Sacudió la cabeza y se burló de ella misma, aunque no suena creíble, la chica jamás confundía su imaginación y la realidad. Y la realidad fue que después de otros diez minutos de viaje, los ojos comenzaron a pesarle.

NEVERLAND ✧ KADEN SCHREAVE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora