cinco

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El día de la cena entre las dos familias había llegado, ambos jóvenes se sentían muy nerviosos, así que decidieron citarse antes en la casa del rizado para besarse antes de que la hora de la cena llegará, era una buena a manera de bajar el estrés.

De hecho justo ahora Joaquín estaba contra una de las paredes de la sala de estacon sus labios unidos besándose, mientras lo toman de la cintura.

— Te vez más que lindo —susurró el rizado tras separar sus labios y realmente lo estaba, traía puesto un traje perfectamente ajustado con una playera trasparente y sus rizos alborotados.

— Debemos ir a la cena —murmuró Joaquín, dispuesto a irse, sin embargo lo evitaron pues no lo soltaron de la cintura.

— Quiero hablar contigo antes de ir a la cena —murmuró haciendo una pequeña pausa antes de continuar— Me encanta la rutina que hemos estado teniendo estas últimas semanas, pero es muy agotador... Quizá sea momento de dar un paso más en la relación —agregó con mucho nerviosismo.

Y era cierto las ultimas dos semanas habían estado viviendo en ambas casas, a veces debían correr para ir por ropa a su casa, o para poder llegar al trabajo y muchas cosas más prácticamente eran un caos, pero todo valia la pena por los momentos que pasaban juntos, entre ellos el dormir totalmente abrazados.

— ¿Eh? —intrigó Joaquín al no entender, sin embargo al ver la mirada del contrario comprendió, aún así decidió rectificar— ¿Quieres que vivamos juntos? —preguntó.

— Sí... Bueno si tu estas de acuerdo y te sientes cómodo con eso, yo solo pensé en proponerlo porque prácticamente ya lo estamos haciendo, aunque... —dejo de hablar en el momento que lo tomaron de la nuca para unir sus labios.

— Sí quiero vivir contigo —susurró el castaño con una gran sonrisa, la cual fue correspondida, antes de unir de nuevo sus labios por unos cuantos segundos — Vayamos a cenar con nuestros padres —pidió entrelazando sus manos para salir de la casa.

Tocaron la puerta y tan solo unos momentos después fue abierta por Diana, quien saludo con un fuerte abrazo a Joaquín el cual fue correspondido, para después continuar con su hijo.

— Pasen todos los estábamos esperando —dijo.

Los jóvenes salidsron a cada uno de los presentes para poderse sentar todos frente a la mesa, comenzando la cena.

— Es lindo volver a reunirnos después de tantos años —comentó Diana con gran emoción— No había tenido el gusto de conocerte Jenifer y platicar demasiado, me alegra el saber que tenemos cosas en común.

— También estoy feliz de que podamos conocernos mas, incluido con esas recetas que prometiste enseñarme, la cocina jamás ha sido lo fuerte —dijo Jenifer con una sonrisa.

— Así nosotros tendremos tiempo de platicar mucho más —comentó Manuel mientras mira al padre del castaño el cual sonrió.

— Definitivamente, es mas vayamos a la convención de autos clásicos, simpre hoy solo y sería interesante tener un acompañante —propuso Adán, recibiendo un asentimiento como respuesta.

— Te dije que se llevarían bien —susurró Emilio contra el oído de su novio el cual le sonrió.

La platica a continuó durante toda la cena, algunas veces era general y otras veces era más personal, aún así siempre se mantuvo el buen ambiente, en especial cuando propusieron un brindis por la pareja, la cual solo se sonrojo un poco antes de aceptar.

Ahora estaban sentados en la sala de estar disfrutando del postre el cual consistía en un pastel hecho por Joaquín, al perecer heredó los dotes reposteros de su padre.

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