El sábado habían llegado y con ello la mudanza, este día ambos se levantaron muy temprano para comenzar a acomodar las cajas en sus carros, bueno Joaquín le había pedido la camioneta a su padre para poder llevarse todas las cosas en un solo viaje.
— ¿Te sientes listo para dejar esta casa? —intrigó el castaño abrazando por la espalda a su novio, quien solo soltó una risita mientras sentía— Me gustas mucho ¿sabes? —agregó alejándose un poco para poder verlo de frente.
— Y tú me gustas mucho —dijo Emilio uniendo sus labios por unos segundos. Sin embargo de inmediato su novio aumentó el ritmo llevándolo al sofá, donde se acostaron quedando con él sobre su regazo.
Continuaron besándose por unos momentos más, al menos hasta que decidieron que era momento de detenerse o llegarían a algo más y no era momento de hacerlo.
Se levantaron para terminar de acomodar las cajas restantes, dando una vuelta más por la casa para verificar que no se les olvidara nada, una vez que comprobaron salieron de la casa tomándose de las manos mientras se miran con una gran sonrisa.
— ¿Listo para vivir juntos? —intrigó Joaquín al ver cómo el rizado se quedaba viendo a la casa, como si dudará.
— Por supuesto —comentó tras unos momentos, se separaron para que cada uno fuera a su auto, conduciendo a su nuevo hogar.
Al llegar comenzaron a bajar las cajas y maletas, comenzando a acomodar todo, aunque debieron hacer una pausa para comer, pues eran demasiadas cosas para acomodar, por un momento pensaron que jamás acabarían, sin embargo pasando las once de la noche terminaron.
Se dieron un baño juntos, sin ninguna otra intención realmente estaban tan casados que lo único que desearan era dormir, así que sólo se colocaron su pijama para votarse y caer completamente dormidos mientras se abrazaban.
A la mañana siguiente se levantaron pasando las diez de la mañana, entre los dos hicieron de desayunar, para sentarse a disfrutar de sus preparaciones.
— ¿Tienes trabajo hoy? —intrigó Emilio mientras mira su novio con sus mejillas levemente sonrojadas, admirado lo lindo que es.
— Quiero avanzar unos capítulos de lo libro, ¿por qué la pregunta? —intrigó el castaño con una sonrisa.
— Hoy yo preparare la comida, así que puedes ir a escribir de tu libro en lo que yo veo los detalles que me faltan para comer en el jardín, así quizá más tarde podamos meternos a la alberca —murmuró el rizado con una gran sonrisa, le ociona el consentir a su novio, además que quería hablar de un tema importante con él.
— De acuerdo —aceptó no muy convencido Joaquín.
El desayuno continuó tranquilamente, platicaron de algunas cosas sobre cómo se organizarian las habitaciones pues faltaba decidir cuál sería la oficina de Emilio, lo bueno que eso quedó solucionado.
El rizado estaba dispuesto a lavar los trastes que ocuparon para su desayuno, sin embargo Joaquín lo impidió diciendo que si él preparaba la comida, era lo mínimo que podía hacer, al principio no quería aceptar pero al final cedió poreur debía ir al supermercado por algunas cosas que le faltaba, así que tomó las lleves de su auto para despedirse con un suave beso.
Joaquín simplemente subió a su habitación para sentarse en la cama con las piernas extendidas, colocando su computadora encima empezando a escribir.
Casi una hora después Emilio llegó de regreso a la casa, de inmediato comenzó a preparar la comida, para estuviera todos listo, una vez que todo terminó armado simplemente lo metió al horno, provecho ese tiempo paga salir a acomodar la mesa del patio colocando un lindo arreglo floral en el centro.
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Tiempo extra
AcakTras su reencuentro, su historia da un nuevo comienzo...¿Esta vez saldrá como desean?