Los siguientes días son como una ráfaga de viento. Pablo baja mi cama hasta un cuarto con Daniel y Sabine, para mantenernos más seguros los 4. Pero estar cerca de ella no hace que me sienta ni segura, ni cómoda. Por eso, cuando al tercer día Pablo sale al comedor y nos quedamos solas, finjo dormir, aunque ella, parece no entender la indirecta.
— Sé que estás despierta — dice con su chillona voz — Aunque entiendo por qué no quieres hablar conmigo, mi relación con Pablo y Joaquín no debe gustarte.
— Tu relación con Pablo es pasado. La única relación que tiene es conmigo, por si tienes problemas de memoria — digo un poco alto sin abrir los ojos — Y Joaquín no me importa, ahora si no te molesta, estoy intentando dormir, gracias.
Ella ríe y quiero matarla. Me siento en la cama abriendo los ojos, siento un leve dolor en el estómago, pero ya es casi mínimo, mi brazo está casi recuperado, y aunque mi tobillo no está del todo curado, estoy mucho mejor.
— ¿Qué es tan gracioso? — frunzo el ceño y ella levanta las manos
— No quiero robarte a tu novio Lizabeth, Pablo es solo un amigo
— Así quisieras, no podrías — le sonrío a la pelirroja
— Entiendo, te caigo mal, Você não tem que ser agressivo — (no tienes que ser agresiva) su acento portugués perfecto me hace recordar a mis viejas amigas del campamento. Es por eso que entiendo qué dice.
— Eu não serei agressivo, desde que você mantenha sua boca longe do meu namorado — (No seré agresiva, mientras mantengas tu boca lejos de mi novio)
Ella ríe sorprendida y asiente.
— Ahora entiendo por qué ellos te aman, eres tan salvaje como ellos lo son — dice haciéndome fruncir el ceño — es un cumplido, tranquila, yo estoy saliendo con Daniel, ese beso fue solo un impulso de Pablo, por qué estaba molesto
Me sorprendo al saber que ella sale con Daniel, aunque eso no hace que me caiga mejor. Para cuando Pablo entra con Daniel, sigo mirándola con el ceño fruncido.
— ¿Pasa algo? — dice Pablo
— Nada, solo nos hacemos amigas — sonríe ella
— Eso es bastante poco probable –—digo haciendo reír a Pablo y a Daniel
Ella suspira y sale con Daniel rumbo al comedor. Pablo me ayuda a salir de la cama, y me conduce al comedor para sentarme también a la mesa con ellos.
Parece cualquier día, comiendo en la mesa, pero las tablas en las ventanas de abajo y en la puerta, quitan cualquier normalidad que puedo sentir por un segundo. Aún estamos en peligro, y aún podemos morir en cualquier momento, sobre todo ahora que estamos en Francia, donde los lobos tienen más prisiones. Sin embargo, pese a todo eso, nos tomamos el tiempo para cenar sobre una mesa, bajo la luz de las velas.
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Para el quinto día mi estómago ya está cicatrizado, mi brazo ya está mucho mejor y mi tobillo está casi recuperado. Aunque no puedo caminar mucho, al menos logro caminar unos cuantos minutos. La curación rápida de mi cuerpo, tal vez se deba al hecho que soy una lobiza, por qué un humano normal jamás se hubiera recuperado tan pronto.
Al décimo día ya estoy recuperada a un 90% y hemos decidido partir hasta Burdeos, que es donde Harenton le había dicho a Pablo que se encontrarían luego de ir a Nantes, al lugar donde se suponía debía estar Rafael, si es que él se encontraba ahí. Pese a todo deseo con todas mis fuerzas que Val encuentre a Rafa y vuelvan juntos a casa, lo deseo más que nada.
Cuando Sabine y Daniel salen en busca de provisiones para la expedición, Pablo me lleva al cuarto de arriba y nos echamos en la cama mirando el techo. Tal vez esta sea una de las pocas veces que podremos disfrutar de una cama, ¡Una cama!, la idea me hace ruborizar como idiota por lo que significa. Y tal vez él lo percibe, porque se voltea a mirarme.
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Sangre de Lobo
Sciencefiction"Nuestro mundo ya no es más nuestro, todo ha cambiado" Liz es una de las pocas sobrevivientes que luchan por resistir, una de las pocas que aún es humana. En un mundo casi destruido, seguir oculta en los bosques ya no es una opción para Liz y sus am...