Cap.9 "Estoy bien"

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12:00am, la soledad estaba en mi recámara. Estaba postrado en la cama, con la mirada al techo. Brazos extendidos.

Cerré los ojos. Lentamente comenzaron a caer lágrimas hasta la cama. Se desvanecian por mi mejilla ligeramente.

Mi corazón estaba en mil pedazos. Mi alma estaba completamente sola. Yo estaba solo. Una ilusión que termino convirtiéndose en un fracasó.

Estaba tan enamorado de Hugo. Su sonrisa, su amabilidad y su caballerosidad lo eran todo para mí. No podía creerlo. Era demasiado bueno para ser verdad.

Me levanté de mi cama. Caminé hasta mi sofá. Ahí me senté un largo rato en silencio. Ese vacío estaba en mí. El llanto comenzó. Me era inevitable calmarlo. Mi corazón no respondía. Estaba destruido emocionalmente.

Estaba solo. Sin nadie quién me diera ese apoyo. Mis ojos llenos de lágrimas, las cuales caían ligeramente por mi rostro. Coloqué mi mano derecha en mi pecho. Presioné fuertemente. Coloqué mi otra mano encima de está. Comenzé a llorar aún más.

Mi mundo estaba completamente destruido. Te sientes mutilado, menos, pequeño, inútil y sin esperanza.

Me recosté en el sillón. Subí mis pies a este y me hize bolita. Mis ojos estaban literalmente rojos. Lágrimas salían de mis ojos. Un llanto imparable. Mi respiración era agitada. Mi vida era un caos.

8:30am. Estaba en el comedor desayunando sin decir o hacer algo. Solo, completamente solo. Sin mis padres. Estaba con una cara de seriedad.

Estaba literalmente muerto en vida. Sentía que algo me faltaba. Estaba tan necesitado de cariño, comprensión y apoyó.

Me levanté de mi asiento. Tiré la taza de cereal al suelo. Me alborote el pelo con las manos. Daba gritos de angustia y dolor, me lastimaba por dentro. Me detuve, y baje mis manos lentamente de mi cabeza. Seguía llorando.

Me inestabilize. No tenía más fuerzas. Estaba mareado, observaba todo indiferente. Borroso. Caí al suelo abruptamente. Cerré mis ojos, y la oscuridad me acompañó.

11:10am. Abrí lentamente los ojos. Estaba recostado en mi cama. Mis padres frente a mi preocupados. A un lado el doctor que sostenía un frasco de pastillas en su mano.

—Denle 2 pastillas cada 8 horas para que recuperé fuerzas, —dijo el doctor.

Mi padre asintió. Mi madre estaba llorando, intentaba controlarlo.

El doctor se despidió de mis padres y se marchó. Mi madre me dio dos pastillas y me las tomé con un poco de agua.

2:50pm. Mi madre entró a mi recámara con una charola en sus manos. En ella llevaba un delicioso caldo recién hecho y un jugo de naranja.

Dejó la charola en el buró. Se acercó a mi, paso su mano por mi cabello. —¿Cómo te sientes? —dijo mientras me observaba preocupada.

Baje la mirada y no respondí.

—¿Estás bien? —dijo mientras me observaba aún más.

Subí la mirada y la mire fijamente, —Si, estoy bien, —dije. —Estoy tan bien que tengo ganas de morir. No tengo un motivo por él cuál debo seguir.

Mi madre se sorprendió con mi respuesta, —No, no digas eso. Tu eres joven, puedes encontrar el amor  nuevamente.

—¿El amor? —le pregunté, —¿Existe? Porque parece una mentira. Parece una ilusión en la que terminas defraudado, mutilado y muerto.

Mi madre no respondió. —Te dejó aquí la comida. El doctor dijo que debes recuperar fuerzas. —Mi madre salió de mi recámara.

¿Fuerzas? Para qué. No había ningún motivo, más que mis padres. Tenía esa carencia de amor y felicidad. Estaba destruido.

Supongo qué estoy ligeramente bien. Con ganas de morir y dejar el mundo terrenal.

Estaba en ese lapso en el qué la vida te da igual. Mis ganas por salir adelante estaban sobré el suelo.

Mis padres estaban realmente preocupados por mi, por mi salud y por todo lo que me rodeaba. El suicidio no era una opción, nunca lo fue ni lo será.

Aveces pasaba por mi cabeza, ¿Suicidio? Creó qué no es el caminó correcto. En lugar de tranquilizar todo, empeoramos todo.

Aunque la vida me daba igual, eso no quería decir que terminaría matándome por un amor el cuál no pudo funcionar.

"Me enamoré de mi... Amigo?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora