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Una hora, una hora había pasado desde que se contestaron y Jeonghan estaba lo suficientemente aburrido como para llevar la cuenta.

Dawon estaba hipnotizada en la pantalla de la computadora esperando a que los dos sujetos aparezcan en ella, había dejado de escuchar los quejidos de parte de su novio para tratar de convencerla en desconectarse.

Jeonghan estaba a punto de ponerse serio y salir de la habitación con una molestia que probablemente le dure sólo media hora, pero se detuvo cuando Dawon (literalmente) gritó y una voz aguda se escuchó provenir desde la laptop. Se acercó nuevamente a ella y vio a los dos supuestos chicos.

El de la voz aguda era Chan, (así se lo hizo saber Dawon en toda la hora esperando). Y el otro tenía que ser el tal Jusha o Josha, no importaba.

—¡Los encontré! No saben cuánto tiempo estuve esperando que aparezcan —dijo Dawon casi saltando de emoción

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—¡Los encontré! No saben cuánto tiempo estuve esperando que aparezcan —dijo Dawon casi saltando de emoción.

—Es bueno saber eso —era el turno del otro de hablar. Jeonghan inmediatamente apareció en la pantalla cuando Joshua dijo aquello.

—Oh, el es mi novio. Esperó conmigo.

No precisamente con interés.

—Un gusto —Chan saludó pero Joshua se limitó a decir alguna palabra, sólo respondiendo con un gesto de cabeza.

—Um... yo les preparé una canción —Dawon agarró el pequeño parlante de su derecha, el cual ya estaba conectado a su teléfono—. ¿Bailarían?

Ok. ¿Qué?

Jeonghan miró a Dawon impaciente por la respuesta de los chicos. Era la primera vez que la veía tan interesada por una respuesta, era preocupante.

—Lo haré yo.

Jeonghan tomó aire y regresó su vista a la pantalla. El que le había respondido había sido el tal Joshua, pues fue el quien se movió del lado de su compañero.

Llevaba un conjunto negro de una camisa holgada y un skinny jean del mismo color, Jeonghan era alguien curioso, por lo cual no se pudo resistir a mirar.

Reconoció la canción al instante, Thin White Lies, pero dejó de prestarle atención a la canción en el segundo diez cuando aquel chico empezó a moverse. Se movía extremadamente bien al compás de la música, las luces tenues del lugar donde se encontraba Joshua ayudaba mucho para quienes lo miraban...

(Supongámosle que es Joshua y no Dino)

Primero sus piernas, luego sus caderas que bailaban sin ser apresurado. El chico pasó sus manos por su cuerpo (a propósito) mientras tarareaba la canción e inconscientemente Jeonghan mordió su labio.

Era una suerte que Dawon no lo hubiese estado mirando a él precisamente.

¿Pero alguien podía juzgarlo? No, porque Joshua bailaba muy bien pero eso no se lo admitiría ni a Dawon ni a nadie.

La canción llegó a su fin y Jeonghan no se hubiera percatado de eso si los ojos negros de Joshua no hubiesen hecho contacto con los suyos. El apartó la mirada hacia Dawon quien aplaudía con una sonrisa en el rostro.

Y todo hubiese acabado allí si el cuerpo de Jeonghan no le hubiera hecho una mala jugada. Aquella presión de sus pantalones no era solo eso, el tenía una erección.

𝗠𝗼𝘃𝗲 キ 𝘫𝘪𝘩𝘢𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora