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Definitivamente no era Kkuma jugando.

Así que decidió pararse hasta la puerta de su habitación y pegar la oreja en la madera para escuchar mejor.

¿Acaso venían de su cocina? ¿Estaba robándole comida? ¿En plena mañana? ¡Oh!

—Ok Jeonghan, cálmate. Tu tomaste clases de Karate en la primaria, algo debes de saber —se animó así mismo cogiendo uno de los palos de la mudanza como arma de defensa.

Salió de puntillas hasta la cocina y su corazón dió un vuelco cuando una sombra se hizo presente.

Había alguien ahí y no había duda.

Respiró y entró corriendo a la cocina. Quedando boquiabierto ante la imagen frente a sus ojos.

Oh

Dios

Mío

—Buenos días, ojitos —un Joshua sonriente tratando de dar vuelta a unos panqueques y sin camiseta lo saludó.

—T-tu estás aquí —Jeonghan titubeo tratando de no posar sus ojos ante el desnudo torso delante de él.

—Eh si. Sé que dije que me iría pero me quedé dormido. ¿Te molesta?

—No, sólo me sorprendiste —contestó observando la mesa ordenada con lo que probablemente acompañarían sus panqueques y percibiendo un excelente olor a chocolate recién hecho.

—¿Eso explica el palo? —lo observó volteando completamente dándole vista VIP al rubio de su sixpack.

—¿Puedo saber por qué estás desnudo? —Jeonghan preguntó dejando su arma de defensa a un lado. No era como que le molestara pero estaba curioso.

—Tuve un accidente con el tarro de mermelada —murmuró alzando la sartén para servir—. ¿Cuántos panqueques deseas?

—Dos, gracias —Jeonghan fue hasta la mesa encantado por todo lo que sus ojos veían. Hace mucho no tenía un desayuno decente y menos con una buena compañía—. Así que sabes cocinar también, eres una cajita de sorpresas Hong.

—Soy todo lo que necesitas —Joshua dijo enarcando las cejas cuando se sentó frente a él.

—Eso ya lo decidiré cuando pruebe los panqueques y este chocolate caliente que huele exquisito —el más pequeño jugueteó con una sonrisa.

—Eso ya lo decidiré cuando pruebe los panqueques y este chocolate caliente que huele exquisito —el más pequeño jugueteó con una sonrisa

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—Oh, ¿Puedes prestarme tu cargador? Mi celular murió —siseó Joshua minutos después

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—Oh, ¿Puedes prestarme tu cargador? Mi celular murió —siseó Joshua minutos después.

—Claro. Debe estar en mi mesita de noche —Jeonghan indicó. Joshua fue hasta su habitación y regresó a la sala para conectar el teléfono a su lado.

—¿Me quedé dormido encima de ti? —preguntó el más pequeño.

—Sip —Joshua le respondió mientras trataba de prender su teléfono.

—Que vergüenza.

—Claro que no, eres un- MIERDA —exclamó el mayor cuando su teléfono encendió.

—¿Qué? —Jeonghan preguntó confundido ante su actitud.

—Tu no, lo siento. Es que alguien nos fotografió ayer en nuestra cita —Joshua dijo con frustración mientras se pasaba una mano por el pelo.

—¿Quién? —interrogó Jeonghan dejando su plato de lado para darle atención a Joshua, quien parecía a punto de explotar.

—No tengo idea —gruñó soltando su teléfono—. Estoy tan harto. No quiero que te dañen Han, los medios son una mierda.

—Hey, tranquilo —Jeonghan fue hasta su lado y dejó un pequeño beso en su mejilla—. Voy a estar bien. Vamos a solucionar esto, no es tan malo ahora. Haremos lo que tenemos que hacer.

𝗠𝗼𝘃𝗲 キ 𝘫𝘪𝘩𝘢𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora