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Jeonghan casi saltó cuando escuchó la voz de Joshua en el intercomunicador indicándole que ya estaba abajo esperando por el. Sobó la cabeza de su mascota como despedida y salió del departamento con los nervios en punta.

No podía no estar nervioso, Joshua era alguien tan impredecible que no podía adivinar cual seria su próxima jugada para ponerle los nervios de punta con sus comentarios y sus miradas.

Una vez saliendo del umbral de su departamento, vió al azabache que vestía una chaqueta de cuero negra y unos jeans claros, apoyado en su moto con toda su atención en su teléfono.

Maldito, que bien se ve.

—Estoy aquí —Jeonghan dijo una vez estuvo lo suficientemente cerca como para llamar la atención de Joshua.

—Hey Han, estaba a punto de llamarte. ¿Por qué tardaste? —Joshua se levantó de la moto y se acercó a él para encararlo con una linda sonrisa que siempre lo acompañaba.

—No tardé tanto, no exageres —Jeonghan encogió sus hombros restandolé importancia—. Te dije que no me subiría a esa cosa —señaló a la moto estacionada.

—Vamos, no seas miedoso —Joshua pasó sus manos alrededor de la cintura de Jeonghan pero no duró mucho, pues el menor se alejó—. Manejaré lento.

Jeonghan debatió unos segundos si debería subir arriesgando si vida en esa moto o seguir respondiendo con un "no" rotundo hasta que Joshua se cansase de ello.

Pero decidió hacer lo primero porque sabía que Joshua no dejaría de insistir, fue por eso, no tenía nada que ver su rostro de cachorrito suplicante, por supuesto que no.

—Bien pero si muero, que sepas que te perseguiré hasta el resto de tus días —Jeonghan se alejó subiendo a la moto primero.

—Te llamaré ojitos dramáticos —Joshua se acercó después montándose a la moto delante de Jeonghan. Giró la llave para prender el motor haciendo que Jeonghan se tensase con el sonido que emitía—. Será mejor que te afirmes o tus deseos de morir se harán realidad.

Jeonghan rodó los ojos pero de inmediato se sujetó del abdomen de Joshua cuando este empezaba a enderezar la moto.

Cuando Joshua empezó a acelerar los ojos de Jeonghan se cerraron apretando fuerte de su agarre, porque Joshua no estaba yendo nada despacio. Es más, lo sintió reír mientras lo apretaba; el lo estaba haciendo a propósito y Jeonghan le reclamaría cuando bajasen.

No fue tan malo como pensó que sería, o al menos no había muerto en el intento pero por supuesto no se lo admitiría a Joshua para aumentar su elevado ego.

—No puedo respirar.

Jeonghan cayó en cuenta que de que ya habían llegado al destino (que por cierto, desconocía) cuando Joshua dijo aquello.

—¿Ves?, no moriste —el mayor sacó la llave de la moto y se acercó a Jeonghan.

—¿Dónde estamos? —Jeonghan ignoró lo obvio y preguntó cuando no ubicaba el lugar frente a sus ojos.

—En la mejor pizzería de la ciudad.

Ambos caminaron hasta la entrada y esperó que Joshua dijera su reservación. Jeonghan se percató del buen gesto y lo serio que se había tomado Joshua la salida de "amigos".

Fue un buen rato, ambos tenían temas que conversar y las risas nunca faltaban. El menor se sorprendió de lo mucho que tenían en común con Joshua y lo agradable que estaba siendo con el.

Joshua insistió en pagar la cena y Jeonghan se lo permitió solo porque dijo que podría ser el quien pagará la próxima vez. Cuando salieron del restaurante y volvieron a la moto, Jeonghan miró con el ceño fruncido en la carretera al percatarse de que no era ese el camino a su casa.

—¿Dónde estamos? —dijo Jeonghan una vez que la moto paró—. ¿No me vas a secuestrar, no?

—Es exactamente lo que estoy haciendo —Joshua respondió quitando la llave para bajarse del vehículo.

Cuando Jeonghan se quitó el casco y se bajó, observó el precioso muelle frente a él, era de noche y la luna estaba alumbrando más que todos los días, reflejándose en la laguna.

—¿Has venido aquí antes? —preguntó Joshua mirando el perfil del mas pequeño que estaba embobado viendo el paisaje frente a él que no percató los ojos posados en su persona.

Y Joshua también estaba disfrutando aquella vista, porque Jeonghan era hermoso, sus largas pestañas eran hermosas, su nariz simétricamente perfecta era hermosa, su cabello oscuro como la noche era hermoso, sus ojos, aquellos que Joshua no dejaba de admirar también lo eran, todo de él era precioso.

—No, pero me hubiese encantado venir aquí antes —respondió Jeonghan mirándolo—. ¿Tú vienes seguido?

—Solo cuando necesito pensar y tener un tiempo para mi.

—Me gusta, la vista es hermosa —el muchacho más pequeño respondió posando sus preciosos ojos de nuevo al frente.

—Ya lo creo yo —Joshua respondió no refiriéndose al panorama que les regalaba la luna y la laguna exactamente.

𝗠𝗼𝘃𝗲 キ 𝘫𝘪𝘩𝘢𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora