Nuestra última carta

𝙵𝙻

- Neruda - dice Wilhemina subrayando la palabra que está escrita en el pizarrón - ¿Quién sabe algo de él? - pregunta jugando ligeramente con la tiza en su mano izquierda.

Me da mucha curiosidad cómo es la única profesora en todo el instituto que utiliza tiza, todos los demás utilizan marcadores normales que se ven muy profesionales en los pizarrones porque da la impresión de que están hechos de cristal, pero ella no.

Quiero levantar la mano porque algo me da la impresión que Neruda es nuestro. Pero no lo hago porque no estoy segura y veo cómo Venable intenta ocultar su decepción cuando no soy yo quien levanta la mano y Smith empieza a dar datos sobre Neruda como si fuera algo mecánico.

- Un poema, el que sea - dice Venable

- Soneto LXVI - dice Lexa, la profesora le hace una seña para que siga hablando - No te quiero si no porque te quiero, soneto sesenta y seis de Neruda

Venable alza la tiza en señal de que pase a escribirlo.

Mina me da una mirada rápida mientras Lex está escribiendo y todos están concentrados en copiar el soneto.

No entendí su mirada. Y es que me desesperaba mucho sus cambios de humor, por eso ahora yo estaba enojada.

No te quiero sino porque te quiero
y de quererte a no quererte llego
y de esperarte cuando no te espero
pasa mi corazón del frío al fuego.

Te quiero sólo porque a ti te quiero,
te odio sin fin, y odiándote te ruego,
y la medida de mi amor viajero
es no verte y amarte como un ciego.

Tal vez consumirá la luz de enero,
su rayo cruel, mi corazón entero,
robándome la llave del sosiego.

En esta historia sólo yo me muero
y moriré de amor porque te quiero,
porque te quiero, amor, a sangre y fuego.

Se leía en el pizarrón. 

- ¿Alguien? - volvió a preguntar Venable. Nadie respondió - Porter - dijo 

- Es solo Neruda sin decidirse sobre si amar o no amar a alguien, dejando claro que el amor también molesta y termina consumiéndose 

No dijo nada y me veía como si no creyera lo que acababa de decir y sé que en otra situación, me hubiera dado vergüenza lo que acababa de decir y es que ella no creía lo que acaba de decir de lo absurdo que había sonado.

- Me decepciona su análisis

- No debería - dije más para mi misma, de forma que ella lo escuchó pero el resto del salón no

- No te quiero sino porque te quiero, y de quererte a no quererte llego, y de esperarte cuando no te espero, pasa mi corazón del frío al fuego - repite viéndome a los ojos sin si quiera ver el pizarrón - ¿Le parece que eso es no decidirse sobre amar o no amar a alguien?

- Él mismo lo dice en los primeros dos versos-

- Parece que está dejando los otros dos muy a parte - me interrumpe - Te quiero sólo porque a ti te quiero, te odio sin fin, y odiándote te ruego, y la medida de mi amor viajero, es no verte y amarte como un ciego - volvió a repetir - ¿Eso es el amor que le está molestando a Neruda?

- Querer a una persona sólo porque es la única persona a la que ha querido y luego odiarla es molesto, a veces amarla, a veces no, es cansado; a veces prestarle atención, a veces ignorarla es casi como odiarla - respondí y ella no dijo nada.

- Está amando sin ver nada más, está amando a ciegas y cuando decide arruinarlo un poco viendo, se da cuenta de lo que pone en riesgo, no es la única persona a la que ha amado, es solo que los amores anteriores no se quedaron lo suficiente para terminar de leer el poema