𝙽𝙸𝚃𝙷𝙱

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- ¿Bueno? - contesté sin mirar quién marcaba.

Estaba muy cansada como para abrir bien los ojos. Me conocía lo suficiente para saber el dolor de cabeza llegaría una vez los abriera.

- Amy - era la voz de mi hermano. Si no hubiera estado con resaca, probablemente hubiera notado que algo no estaba bien por el simple hecho de que me dijo "Amy" y no como suele llamarme

- Mano - me alegró escuchar su voz

- Te desperté

- Oh no, sólo estaba descansando los ojos un rato - lo escuché reír un poco del otro lado de la línea

- ¿Estás en cama?

- Sí, apenas me iba a levantar - Sentía la garganta un poco seca así que me levanté por un poco de agua y tal como lo presentí el dolor de cabeza había comenzado

- ¿Ya desayunaste?

- Estaba a punto - no sonó a broma cuando lo dije y él pareció aceptarlo a pesar de mi voz adormilada

- ¿Puedes sentarte? - fue ahí cuando me di cuenta del tono que tenía desde que comenzó a hablar

- ¿Qué pasa?

- No estábamos seguros de contarte

- Dilo - dije

- Mis tíos y mis abuelos tuvieron un accidente - suspiró - todos están en urgencias, algunos ya los pasaron a quirófano pero - la voz se le comenzó a cortar - murieron - dijo

Mi corazón dejó latir, los ventrículos se apachurraron, la sangre dejó de correr, mis manos perdieron su fuerza y el vaso cayó. Mi voz había huido y el cerebro simplemente no transmitió nada.

- ¿Quiénes? - no respondió - ¡Aden, ¿Quienes?! - casi grité

- Mi tío el pelón y mi tía chiquita

Hugo y Mercedes, así se llamaban.

Las lágrimas llegaron a mis ojos. Necesité apoyarme de la pared y quise soltar el teléfono pero no podía.

- ¿Quiénes están en quirófano? ¿Cómo están los abuelos?

- El tío gordito, la tía flaca, el tío pancho y mi abuelo están en quirófano

- ¿Mi abuelita? - tardó medio milisegundo en responder - Aden, ¿Y mi abuelita?

- Se la acaban de llevar para subir

- ¿Cuál es el estado de cada uno? - atiné a decir

- Tienen golpes internos y con las enfermedades que cada uno tienen es más complicado.  La mayoría tienen fracturas

- ¿Cómo pasó?

- Iban de regreso del teatro cuando en una curva uno de dos carros que iban jugando a perseguirse intentó arrebasar y obviamente como era curva no se dieron cuenta que venía otro carro en el otro carril. Un carro chocó contra el del abuelo y después el otro perdió el control y le volvieron a pegar sacándolo totalmente de la carretera

No lo podía creer. Mis manos comenzaron a temblar y ahora mis piernas eran las que no respondían. Quería llorar pero nada salía.

Muchas emociones llegaron a mi, entre ellas la impotencia. Estaba a kilómetros de ellos sin poder hacer nada. Me limitaría a saber lo que me contaran cuando me lo contaran, no podía ayudar ni estar ahí cuando saliera un doctor a decirles algo.

Seguimos hablando un poco intentando tranquilizarnos mutuamente. Mamá no sabía nada y era mejor así.

A pesar de que papá ya no era de esa familia él estaba ahí porque mi hermano y él estaban juntos cuando la policía llamó.

Nuestra última cartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora