okupa || carrera y spreen (os)

• feliz cumple •

perdón la tardanza en
actualizar, no me gusta
que haya pasado tanto
tiempo del último os, los
kiero <3

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Iván.

Había olvidado lo egocéntrico que llegaba a ser Rodrigo. Pero sólo era así cuando había gente alrededor, porque cuando estábamos solos era diferente.

Ahora era su cumpleaños número veinticuatro y siento que cada vez nos alejamos más. Que aquellos chicos de diecisiete se desconocen totalmente con nosotros.

Pero trato de que no me moleste, después de todo el cambio es bueno. Pero me molesta, y odio esto.

Desde que él me empezó a gustar nuestra relación se había puesto rara. No lo culpo, tal vez yo demuestro lo que siento y el se siente incómodo, pero me duele ver como me esquiva.

Y me duele ver como me ignora. Ahora él está bailando con sus amigos en medio de la oscura sala, mientras las luces de colores dan vueltas por la casa.

Me levanté del sillón tratando de alejarme de donde bailaban, sueno egoísta pero me molesta que ni me mire cuando baila, o que no me haya invitado a hacerlo.

Caminé hasta la cocina buscando algo para hacerme un fernet, esquivando a varios conocidos conseguí lo que quería y empecé a hacerme una bebida.

-Che Iván, ¿Jugás?- Volteé a ver al que me había hablado y era uno de los amigos de Rodrigo. -Es "yo nunca, nunca".

-¿Yo nunca nunca?- Apareció Carrera de la nada, abrazándome por los hombros. -Yo juego.

-Bien, supongo que todos saben jugar, pero si tienen que tomar toman de acá.- El chico puso una jarra en medio de la mesa, el olor a vodka se sentía de lejos y al parecer puse una cara de disgusto. -Está un toque rebajado, tranqui.

No quería jugar, quería salir de la casa. Pero no podía, porque al lado de Rodrigo soy débil, y más si lo tengo abrazándome.

-Bueno dale empiecen.

[...]

Mis piernas empezaban a balancearse y la luz de la cocina se me estaba haciendo insoportable. Había tomado como cinco shots y ese vodka no estaba para nada rebajado, por suerte era de frutos rojos y safaba un poco.

-Yo nunca, nunca... me enamoré de mi mejor amigo o amiga.

Dos personas tomaron y todos empezaron a silbar, al parecer eran pareja.

Yo tomé otro shot y pareció que ese era mi fin, pero pasó rápido.

-Uhh, ¿De quién?- Preguntó el menos indicado, Rodrigo.

-Que te improta, improrta... importa.

-¿No seré yo, no?- Empezó a reírse mientras tomaba de algún vaso cualquiera. Pero se calló cuando vió que yo no me reía. -¿Iván?

-Yo...- Empecé a mirar para los costados buscando alguna excusa para irme de ahí. Saqué mi celular y eran casi las tres de la mañana. -tengo que irme, ya es tarde.

Me escapé de él, prácticamente. No tenía ganas de tener la conversación donde él me dice que no está interesado en mí, que soy su amigo y que él en este momento estaba viendo a otra persona.

Sabía qué me diría y prefería no escucharlo salir de su boca. Así que huí de él, como siempre.

Salí de su casa saludando a un par de personas que me iba cruzando. Afuera estaba fresco, menos mal que siempre usaba buzo.

Todavía estaba medio en pedo pero no tanto como para no poder usar el celular y poder llamar un uber o algo que me llevara a casa.

-Iván, ¿No ibas a quedarte a dormir?

Rodrigo salió de su casa, se fue de su cumpleaños solo para buscarme. "Que exagerado de mierda que soy".

-No... no puedo, mañana tengo cosas para hacer.

-Mañana es domingo, no haces nada los domingos.- Se acercó un poco más a mí. Había salido en remera, seguro tenía frío. -¿Ya llamaste un uber?

-N-no, estaba por hacerlo.

Dejé de mirarlo y trataba de buscar algún auto que pueda venir a buscarme pero se me estaba haciendo imposible.

-Iván, creo que tenemos que hablar.

-No. No quiero.- Mis manos empezaban a transpirar. Guardé mi celular y miré a la calle fingiendo que esperaba un uber. Sinceramente no quería irme pero a la vez sí.

-Dale, en serio. Es algo importante para los dos.

-¿Importante para los dos? Mira Rodri no quiero hablarlo, ya sé lo que voy a escuchar y no quiero.

Se acercó más a mí dejando poca distancia entre nuestros cuerpos. Él podía ser bajito pero cuando quería intimidaba bastante.

-¿Qué te voy a decir? Quiero que me digas.

La situación era tan incómoda que solo quería irme a mi casa sin tener que estar acá, frente a Rodrigo mirándome serio como si me fuera a retar.

-Que... ya sabes. Que no te intereso, que estás conociendo a alguien, que solo somos amigos y... todo eso.

Rodrigo solo me miraba. Sus ojos verdes brillaban por la luz de la calle, su pelo se movía levemente por la poca brisa.

Y yo solo me sentía como un enamorado con el corazón roto.

-A la mierda.

Lo miré con confusión sin saber a lo que se refería. Sentí como me tiró de la muñeca hacia él y simplemente me besó.

Él me estaba besando, Rodrigo, mi mejor amigo. El chico que se venía comportando raro, el me evitaba, el que me volvía loco cada día.

Sus labios eran tan suaves como yo lo había imaginado. Era tan cálido que ya no sentía frío.

-Iván no sé que pasa entre nosotros,- Me habló mientras se separaba del beso. -todo es tan raro pero... pero me gusta, y no quiero que termine.

-Entonces seamos infinitos.

Me sonrió sin mostrar sus dientes, una perfecta sonrisa. Agarró mi mano y me abrazó, sus brazos alrededor de mi cintura y los míos alrededor de su cuello.

-Feliz cumple Rodri, te quiero mucho.- Susurré en su oído.

Y como respuesta me besó, una y otra vez.

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tiramisu