Mikasa Y Levi

La casa

Heredé el terreno de mi abuelo, pero ella no quería irse de ahí.

El mes pasado mi abuelo falleció de un infarto al corazón. Si hubiera sabido que las cosas cambiarían tanto para mí por este hecho, no hubiera pisado jamás esa casa.

Tenía una vida prácticamente tranquila cuando me llegó una cita del juzgado, con la noticia de que un terreno prácticamente abandonado estaba a mi nombre al yo ser el único sucesor que quedaba de la familia.

Mi abuelo, al cual en mi vida había visto. Se pasó sus últimos cuarenta años de vida encerrado en un manicomio.

Mi novia y yo vivíamos en un departamento en la gran ciudad, estuvimos juntos prácticamente desde niños. Al principio pensaba que se aburriría de mi fácilmente y me dejaría por mis problemas de bipolaridad, pero no fue así.

Así mismo como yo jamás pensé ser tan constante en una relación, y mejor aún, mantener el amor como lo tenemos hasta ahora. No recuerdo un día en el que no estemos juntos, cada paso que dábamos era impulsado por el otro, al punto de que ambos somos grandes emprendedores capaces de valerse por sí mismos.

— cariño, llegó la respuesta del juez — avisa mikasa, parece bastante entusiasmada por esto — puedes ir a revisar el terreno la semana que viene.

Sus ojos brillaban con ilusión a la hora de darme la noticia. Ella siempre había querido vivir en el campo lejos de tantas personas, tener tranquilidad, y está es la oportunidad perfecta.

Me gustaría decir que comparto la misma ilusión que ella, pero hay un pequeño detalle que no termina de convencerme; mi padre está muerto; o eso creo, pero ¿Por qué el no heredó el terreno y se quedó cuando mi abuelo entró en el manicomio? ¿Y porqué mi abuelo entró a un manicomio en primer lugar?

Cuando llegamos al vecindario dónde quedaba, tal como esperé, había una distancia considerable entre cada terreno. Aún así quise indagar un poco y preguntar a los vecinos sobre el lugar, de cómo era la vida ahí y la respuesta de muchos me dejó petrificado:

"Ese lugar no se ha pisado desde los años ochenta, la verdad nadie ha querido entrar ahí"

"Casi todas las noches se escuchaban gritos y llantos de niños, pero nunca nadie encontró nada"

Cuando escuché estas respuestas, inmediatamente pensé : debes estar bromeando. Pero el mismo relato lo escuché de varias casa diferentes. No supe que pensar.

Cuando mikasa escuchaba cada palabra a mi lado no se inmutaba para nada, incluso mencionó que esto parecía una serie policiaca, estaba dispuesta a llegar más allá para averiguar qué estaba pasando.

Entonces, ambos nos encaminamos hasta dichoso lugar, estaba un poco reacio a hacerlo, pero por otro lado también me comía la curiosidad al igual que ella.

Todo lo que se veía en un principio era césped, césped y más césped. No había absolutamente nada a nuestro alrededor, a lo lejos se veían unos cuantos árboles. Pero la lejanía era tanta que caminando hasta allá seguramente nos alcanzaría la noche.

Por precaución, me tomé mi tiempo en inspeccionar lo que tenía a mi alcance, intentando averiguar qué era lo que tanto perturba a tantas personas de este lugar. Y también preguntándome internamente el por qué mi abuelo que tuvo todo este lugar a disposición no le sacó provecho.

No lo conocí, pero por relatos de mi padre, supe que nuestra familia tenía el don del negocio en las venas, el siendo un ingeniero comercial famoso, y yo siendo partidario del medio ambiente, inventando productos que no dañen el ecosistema y motive a la gente al reciclaje.

Según mi padre, mi abuelo era conocido por su ambición por el poder. Por lo que me extraña todavía más el que no haya tocado este lugar para hacer negocios.