Lan Xichen no quiere nada más que ver feliz a su hermano pequeño, especialmente si eso significa entrometerse un poco. A Lan Wangji no le importa demasiado, siempre y cuando su hermano le deje pasar el rato en la panadería
ⓘHistoria original: TheUni...
Uno debe ser consciente de las palabras y las acciones en igual medida.
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La mañana es fría, y Lan Wangji no quiere nada más que permanecer bajo sus mantas en lugar de levantarse con el insistente sonido de su alarma. Suspira, estira la mano para silenciar el ruido y se levanta de la cama a regañadientes, cruzando a trompicones el pasillo hasta el baño, frotándose distraídamente la cabeza mientras avanza.
Hoy está menos cansado. Ciertamente se siente mejor en ese sentido. Pero la cabeza le sigue molestando, y el frío le eriza la piel mientras se desnuda para ducharse. El frío le despierta, sin duda, pero hace que se resista a separarse del calor del agua una vez que ha terminado de lavarse. El baño está lleno de vapor, y es bastante relajante. Se estremece cuando cierra el agua y sale a la alfombra del suelo, envolviéndose apresuradamente en una toalla.
Se detiene para ajustar el termostato antes de retirarse a su habitación para secarse y vestirse. Esta mañana está solo en la casa y todo está muy tranquilo, muy quieto. Eso hace que todo parezca más frío.
Al fin y al cabo, se supone que hoy hace más frío, reflexiona Lan Wangji, rebuscando entre su ropa antes de decidirse por un suave jersey de punto y unos pantalones sueltos de rayas azules y blancas. Si lo combina con su abrigo largo y unos calcetines gruesos, estará bien abrigado.
Una vez vestido, va a arreglarse el pelo, cepillándolo y secándolo. Observa que las puntas se están volviendo un poco finas y las sostiene para examinarlas. Tal vez debería recortarlas. No lo hará ahora, ciertamente, pero encontrará algún momento pronto, cuando pueda conseguir que su hermano le ayude para que acaben igualadas. No quiere cambiar drásticamente su cabello, ni siquiera quitarle una longitud considerable, así que no vale la pena ir a un salón de belleza o a una barbería para una cosa tan mínima. Puede hacerlo en casa con un poco de ayuda, sobre todo por la perspectiva extra.
Sacude la cabeza para despejarla, apartando todos esos pensamientos. No necesita preocuparse por eso ahora. Puede esperar. Ahora tiene que terminar de arreglarse el pelo.
Algo bonito podría estar bien. Su cabello debe ser lo suficientemente largo como para hacer una trenza de lechera como su hermano había hecho el día anterior, e incluso puede dejar las piezas más cortas de cabello en sus sienes sueltas para un poco de encanto. Desearía que Nie Mingjue estuviera aquí para ayudarle, pero tendrá que hacerlo lo mejor que pueda, manteniendo su trenza lo más ordenada posible mientras realiza su trabajo con cuidado. El producto final no es, quizás, tan bueno como podría ser, pero es pasable. Bastante bueno. Tan bueno como el que va a conseguir por sí mismo. Alisa los mechones sueltos y examina su reflejo con ojo crítico.
Una segunda opinión sería buena, piensa. Se hace una foto para su hermano, que reacciona con aprobación antes de enviarle una foto suya. Está inundado de luz por la ventana, luciendo una brillante sonrisa a juego, y a Lan Wangji le divierte un poco notar que lleva un cuello alto para ocultar la marca de la mordedura de la noche anterior.
