El jueves por la noche Kimi esperó a Taiju en los jardines. Él llegó en una de sus motocicletas. Le pasó un casco y partieron a Chiba – Tateyama. El viaje era reconfortante para ella, estaba acostumbrada a andar en motocicleta con sus amigos, pero se le hacía extrañamente más agradable con Taiju, seguramente porque él era más grande incluso, que Kenchin. Y se sentía segura. Aunque dudó alguna vez quién ganaría una pelea entre los dos, imaginó que Taiju podría ganarle, pero con la sola idea de saber que Majiro lo venció una vez siendo adolescentes pensaba que quizás Taiju no era tan bueno peleando. ¿Qué más daba? Al final ella no tenía idea de peleas.
Llegaron al hotel a eso de las diez de la noche. Una anfitriona muy guapa recibió al Sr. Shiba, como solían llamarle la mayoría de las personas que lo conocían.
—Hacía tiempo que no lo veíamos por acá, Sr. Shiba. —le dijo la mujer, en cuya placa de la chaqueta decía su nombre: Satori Naoko.
—Negocios, Naoko. —contestó él sin sonreír.
—Lo acompaño a la recepción, su llave está lista. Recuerde que tiene una cena de bienvenida hasta las doce. —Kimi encontró muy amable a la mujer, aunque de momento ésta parecía ignorarla por completo.
—Cenaremos en la habitación. —aclaró él, abrazando por el costado a Kimi, acercándose a la recepción mientras un botones llevaba la mochila de ella. Él no llevaba ningún tipo de equipaje, ya que generalmente se hospedaba ahí y tenía sus cosas guardadas en custodia.
—¿Por qué no cenamos en el restaurante? —Preguntó Kimi.
—¿En serio? —Kimi asintió levantando las cejas.
—Está bien. Las cenas en el restaurante, por favor. —solicitó él a la anfitriona.
—Sí, señor Shiba. —dijo la mujer mirando de pies a cabeza a Kimi. Acto seguido, Naoko se puso detrás del mesón, al lado del recepcionista para dar la orden de la cena en el restaurante. Después de que Taiju pusiera solo su firma en el registro, le pasó el documento a Kimi para que pusiera sus datos.
—Aquí está la llave de su habitación, Sr. Shiba. Habitación doble con separación y dos baños. —dijo el recepcionista con una sonrisa plástica.
—Solicité habitación matrimonial, con jacuzzi. — Al oír eso, los ojos de Naoko se volvieron hacia él y su sonrisa se borró de pronto.
—¡Oh!, disculpe, señor, recibimos mal la información desde reservas, como siempre pide la misma habitación... pero lo solucionamos inmediatamente. —El hombre de negocios hizo caso omiso a lo que le dijo el recepcionista mientras éste hacía otras llamadas. Taiju le echó un vistazo a Naoko, ésta le hizo un desprecio. Él solo evocó una sonrisa en sus labios para luego mirar el papel que llenaba Kimi. Donde debía indicar el parentesco ella hizo tres puntos.
—Eso no puede quedar en blanco. —dijo él, bromeando. Entonces ella lo miró, sonrió y luego escribió: «Esposa». Para entonces Kimi ya había notado que Naoko tenía algo con Taiju, y si no lo tenía, al menos se le notaba que ella lo quería. Taiju negó casi imperceptiblemente con la cabeza y volvió a prestar atención al muchacho, quien le entregó otra llave.
—Ahora sí, Sr. Shiba. Su habitación está lista, piso veinte, número 211, tiene pase libre a la piscina temperada toda la noche y si gusta, puede subir a la azotea a ver los fuegos artificiales de medianoche. Como cortesía por el error de habitaciones podemos ofrecerle masaje sin costo.
—No lo necesito, gracias.
—¡Yo sí! —dijo Kimi sonriéndole al joven.
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Taiju Shiba - Donde mis ojos te vean
FanficKimi Daisuke, una mujer de 26 años, Manjiro Sano y Ken Ryuguji, también adultos, comparten apartamento, son amigos y como humanos que son, vivirán situaciones que llevarán a cuestionarse la amistad, para bien o para mal. Historia ficticia con perso...