«Mi amante es de risa fácil,le entra la risa tonta en los funerales Sabe que todo el mundo lo desaprueba, Debería de haber empezado antes a venerarla. Si los cielos alguna vez pudieran hablar ella sería su verdadero último portavoz. Cada domingo se vuelve más sombría, un veneno recién hecho cada semana. "Nacimos enfermos" oíste que decían...»
(Traducción de una parte de la canción «Take me to church» de Hozier.)
https://www.youtube.com/watch?v=GWIFy2om838&list=RDMM&index=1
Eran casi las cuatro de la mañana cuando Taiju abrió la puerta de su casa. No había recibido ningún mensaje de Kimi, por lo que solo supuso que ella lo estaba pasando bien con sus amigos. Vio desde la entrada el árbol de navidad con las luces encendidas, frunció el ceño, pensando que era un poco irresponsable dejar eso encendido si no había nadie. Se quitó los zapatos, el abrigo y se soltó la corbata, relajándose al fin. Todo parecía en orden. Entró a la cocina y se sirvió un poco de agua, estaba bebiendo mientras revisaba su móvil. Se quedó pensativo al ver el mensaje de uno de sus conocidos, contándole sobre lo de Yzumi, pero no quería más preocupaciones y dejó su móvil de lado, como si no quisiera saber nada más por entonces. Subió a su cuarto con cierta pereza, pero antes de entrar se asomó a la habitación de Kimi, vio que ella no estaba, así que solo entró en la suya. Se sobresaltó de momento cuando vio un bulto en su cama. Kimi estaba dormida ahí, tenía la almohada entre sus brazos. Se acercó a ella y casi enternecido por la escena le besó la frente, pero ella no reaccionó, solo respiraba profundamente como si no hubiese dormido en muchos días. Luego de observarla, le tomó la mano izquierda y se la besó despacio. Después se fue a la ducha.
Se metió en la cama con el cuerpo frío, aún así la abrazó por detrás, quizás precisamente para que ella despertara. Ella reaccionó de a poco y se dio media vuelta para aferrarse a él como si quisiera fusionarse con su cuerpo, quejándose, aparentemente dormida.
—¿Qué pasa? —preguntó él susurrando y recibiéndola en sus brazos.
—Te extrañé... —contestó ella con volumen similar en la voz y buscando sus labios para besarlos. Él cerró los ojos y respondió con calma, pero ya conocía el significado de cada beso de Kimi, por lo que supo que ella pretendía algo más aquella noche.
—¿Por qué estás durmiendo en mi cama? —preguntó él jugando un poco, sin dejar de besarla.
—Porque quería sentir tu aroma... —él la alejó un poco y la miró.
—¿Por eso te pusiste mi camisa? —Ella sonrió. —No me gusta que se pongan mi ropa sin mi autorización. —habló serio.
—Entonces me la quito... —le susurró ella mirándolo a los ojos, él levantó una ceja, a punto de esbozar una sonrisa también. Ella, notablemente agitada, se desabrochó el primer botón de la camisa, cuando desabrochó el segundo él le tomó la muñeca con fuerza, empujándola para que quedara de espalda en la cama, se puso sobre ella, sintiendo sus piernas desnudas.
—¿Fuiste a la iglesia? —preguntó ella aún susurrando. Él se extrañó por esa pregunta.
—Sí, ¿por qué? —le besó la boca un momento, sin soltar sus muñecas a cada costado de su cabeza.
—¿Estás libre de pecados ahora?
—¿A qué viene esa pregunta?
—Solo quería saber... para agregar algunos pecados más a tu lista...
—¿Ah si? —preguntó él moviéndose sobre ella lo suficiente para que ella se diera cuenta de cuánto la deseaba. Kimi soltó una risita combinada con un gemido suave al sentir aquello entre sus piernas. Aún con la ropa interior.
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Taiju Shiba - Donde mis ojos te vean
FanfictionKimi Daisuke, una mujer de 26 años, Manjiro Sano y Ken Ryuguji, también adultos, comparten apartamento, son amigos y como humanos que son, vivirán situaciones que llevarán a cuestionarse la amistad, para bien o para mal. Historia ficticia con perso...