Primer acto: Un ganador y un perdedor.
...
El mercado del puerto olía mal, pero una vez que trabajabas ahí te acostumbrabas, o eso le decía su jefe a Taehyung en su tercer mes en la pescadería y de verdad, el menor no podía acostumbrarse a ese aroma nauseabundo.
Arrugó su nariz mientras fileteaba un salmón fresco y sonreía de vez en cuando ante la señora que había solicitado aquella orden.
— Eres muy hermoso muchacho — halago la mujer— ¿Qué haces trabajando entre estos animales?— preguntó en un susurro.
El señor Lee alzó una ceja al escuchar ese comentario.
— ¡La escuche señora Park!— se quejo el mayor mirándola con fingido recelo antes de sonreír.
Taehyung rió ante el comentario de la mujer y negó con la cabeza.
— No soy hermoso señora Park— murmuró avergonzado.
La mayor soltó un bufido mientras rodaba los ojos en forma de fastidio.
— Si tu lo dices chiquillo — masculló divertida.
Luego mantuvo una conversación con la mujer, donde esta hablaba más y se quejaba de su único hijo, quién, según la señora Park, solamente se dedicaba a trabajar y estudiar, preocupando a la doña en desmedida manera.
A Taehyung le gustaba escuchar a las mujeres mayores quejarse de sus hijos, ya que en cierta parte, sentía que eso era lo más cercano que tenía hacía la figura materna que nunca tuvo y que jamás tendrá.
Le entregó la orden a la mujer, se despidieron y así siguió su tarde, ordenando la mercancía, fileteando peces, limpiando almejas y ayudando al señor Lee.
A las ocho de la noche tomó el tren hacia la casa de su abuelo. Él vagón iba completamente vacío y se dedicó a navegar por redes sociales mientras se texteaba con su padre, quien ahora era capitán de la proa y se encontraba en Chile.
Llego a su parada y bajo, escondiendo su rostro en la bufanda que su abuelito le tejió antes de fallecer. Camino por las solitarias calles de aquel tranquilo vecindario, mirando los rastros de nieve debajo de sus zapatos.
Finalmente llegó a su solicitaría casa, encendió las luces y la pequeña estufa mientras se desnudaba en el sala de estar, tomando su olorosa ropa de trabajo y metiéndola en la lavadora.
Luego de eso se dió una larga ducha, donde se dedicó a quitar cualquier rastro de ese apestoso aroma, restregándose con su guante poroso hasta dejar su piel rojiza y su cabello paso por cuatro lavadas de shampo antes de sentirse completamente limpio.
Para la cena, comió un estofado que su tía le dejo el día de ayer mientras miraba una serie en su celular.
Pero su solitaria noche acabo cuando su primo, Kim Seokjin, entró a su casa de forma bastante atrevida y sin siquiera saludar se sentó en la mesa de la cocina, mirando a su primo fijamente.
Taehyung alzo una ceja, en señal de que comenzará a hablar del porqué estaba ahí.
— Dime que soy el puto amo y te diré — dijo el mayor con una hermosa sonrisa burlona en sus labios de botón.
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Domination // JJKxKTH
FanfictionDominar. Ay... como amaba esa palabra. Sobretodo cuando aquel lindo muchachito le sonrío con la inocencia más pura que había visto. Y supo que debía hacerlo suyo, dominar cada milímetro de su cuerpo hasta que no quedará nada de él. DÍAS DE ACTUALIZA...