Domination // JJKxKTH

T e n

Cuarto Acto: Las rosas tienen espinas

...

Jimin no sabía como tranquilizar a Taehyung. No quiso llevarlo a su casa, ya que sabía que estaba aún el padre de Kim ahí, y era mejor que no se enterara de lo que había hecho Jungkook con su osito, por lo que optó traerlo a su departamento y encerrarlo en una habitación vacía que tenía ahí.

Tenía como mil llamadas perdidas de Jeon, pero las ignoraba todas por supervivencia, ya que en este mismo instante, le tenía más miedo a Taehyung que a su propio jefe.

Bebió de su copa de vino rápidamente y de largos sorbos, mientras escuchaba los gritos y golpes que lanzaba Taehyung en aquella habitación.

No entendía nada, absolutamente nada. Los años que llevaba vigilando a Taehyung por petición de Jungkook, le habían confirmado de que Kim era un personaje ejemplar y demasiado común, obviando su fina inteligencia, por lo que era raro verlo comportarse de esa forma tan violenta, si ni siquiera habían reportes en la marina de que el muchacho tuviera un carácter bastante agresivo, peor aun, en su universidad todos los amaban, nadie tenía nada malo que decir de él, e incluso, en su vecindario era un chico digno de confianza que a veces se ofreció a ser niñero de los hijos de sus vecinas, y que valga la redundancia decir que los niños y adolescentes que lo conocían, estaban completamente obsesionados con Taehyung.

En resumidas cuentas: era un ángel.

Pero ahora... ahora se había transformado en el puto diablo.

¿Realmente Taehyung es ese chico ejemplar que siempre demuestra ser? ... muchas preguntas atormentaban a Jimin, y ahora se sentían demasiado inseguro con Taehyung en su mismo entorno, era como si no conociera absolutamente nada sobre él.

El timbrar de su celular lo saco de su trance, y cuando lo tomo para ver al remitente, se dio cuenta que era nuevamente Jeon.

Suspiró fuertemente mientras se bebía el vino de un trago y se aventuraba a responderle a su jefe, queriendo saber que tenía que decir al respecto.

Puso el altavoz y escuchó atentamente.

— ¿Dónde esta Taehyung?— fue lo primero que escuchó Jimin al contestar.

El azabache miro sus uñas y rodó los ojos.

Uy, hasta el sentía colera de Jungkook y eso que no era su novio.

— No lo se...— respondió indiferente el muchacho.

Escuchó un gruñido del otro lado de la línea.

— Dime donde esta ese mocoso malcriado o te juro Jimin que ...

Giro de acontecimientos.

No sabe cuando, ni como, pero Taehyung había salido de la habitación y le había arrebatado el teléfono a Jimin, como si su sexto sentido hubiera captado que Park acababa de contestarle a Jeon después de estar una hora insistiendo.

La cara de loco no se le había quitado y su traje, que antes estaba perfectamente ordenado, era un completo desastre, el blazer había desaparecido, la camisa estaba toda desacomodada y su mano herida le daba más aspecto de un asesino.