N i n e

1.9K 206 98
                                    

Cuarto Acto: Las rosas tienen espina

...

Había pasado una semana desde que se confesó con su padre, y ahora, Taehyung se sentía como una pluma flotando en el aire de lo libre que estaba de las mentiras hacia cualquier persona importante en su vida.

Y hablando de cambios, Bam, su hijo perruno con Jungkook, era todo un mimoso y malcriado. Pasaba la mayor parte del tiempo en la oficina con ellos, y era sorprendente verlo ir a su cajita de arena puesta en el balcón (que Jeon mandó a asegurar para su bebé) y hacer sus necesidades como todo un niño grande e independiente. Era una cosita adorable, y era poco decir que Jeon estaba completamente obsesionado con el cachorro.

Sobre su relación... todo iba bien. Tenían sus discusiones de pareja normal, pero sorprendentemente, lograron no combinar su relación amorosa con el trabajo, así que sus roces eran mínimos y pasaban gran parte de su tiempo juntos, por lo que no había mucho de que alegar, y los besos y manoseos en lugares escondidos de la oficina nunca faltaban para mantener viva la llama de su amor.

Taehyung no se quería ilusionar mucho con su relación, porque recién llevaban dos semanas estando juntos, pero disfrutaba al máximo cada momento con Jungkook y eso era más que suficiente para mantenerlo feliz.

De verdad que amaba ser su apoyo, escucharlo sobre sus quejas y tranquilizarlo cuando las cosas no salen como él las planeo. Había mucho apoyo mutuo entre ambos y eso era algo que no tenía precio para el menor, ya que podía entender de que Jungkook era más humano de lo que realmente se imaginaba y eso ayudaba en demasía a bajar un poco su guardia con él y dejarse querer por el mayor.

Lo que más amaba Taehyung era patear culos con Jungkook (sarcasmo), era tan romántico y no negaba que amaba ver a Jeon en su modo psicótico, pero ese era un detalle que decidía guardar para él y no incrementar los deseos oscuros de ese demonio si es que se llegaba a enterar de ese pequeño detalle.

En resumidas cuentas: todo iba extrañamente bien... hasta el momento.

Y si le preguntan a Jungkook al respecto...

Lo resumiría en una sola escena que esta pasando en este mismo instante en su sala de descanso:

— Te vez tan hermoso montándome así, mi príncipe — gruñó Jungkook, agarrando aún más fuerte la cintura de Taehyung para enterrarse más en su interior.

El ruloso gimió al sentir el miembro de Jeon más profundo en sus entrañas y siguió dando zancadas a duras penas sobre el regazó y pene de Jungkook, sintiendo como el sudor bajaba desde su frente, los besos y chupones del mayor en su cuello, y lo mejor... tener sus muñecas amarradas con la corbata de seda negra del pelinegro.

Ambos estaban sentados en el sillón de la sala de descanso, Taehyung montando a Jungkook, completamente desnudos y con el cartelito "No molestar", fuera de la puerta, protagonizando escena que casi nunca se repetía (sarcasmo) en aquella oficina.

Kim volvió a encontrarse con los labios hinchados de Jeon, fundiéndose en un beso aún más desenfrenado y fogoso, siendo el chasqueo de sus salivas el principal protagonista de los sonidos de aquella sala, más sus gemidos guturales que les salían del alma.

El rubio volvió a acelerar las estocadas para estimular su próstata, y el mayor le daba el placer de hundirlo más sobre su falo erecto y bombeante al impulsarlo con su brutal fuerza, la ayudaba a marcar aún más sus músculos y venas sobre su tatuado cuerpo, cosa que excitaba el triple a Taehyung, quien podría pasarse toda la vida montando a Jungkook, si es que su trasero pudiera aguantarlo.

Domination // JJKxKTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora