La expresión en mi rostro debe mostrar mi sorpresa y duda ¿Cómo es posible que esta señora tan joven y hermosa sea su madre? Digo, el idiota feo no es, pero vamos, solo heredo la mitad de su belleza y, sobre todo, parecen de la misma edad, como mucho un par de años más. Al ver mi expresión la señora sonrió alegremente y se dirigió a su hijo.
-Me alegra no encontrarte solo, como es habitual cariño -luego se acercó a mí y sujeto mis manos con delicadeza, su piel se siente tan tersa y cálida -. Hace mucho que alguien no viene a este estudio, deben tener una buena relación -mi cara hizo una mueca y sentí un leve dolor en mi cabeza de la nada, no sé cómo decirle que es todo lo contrario.
-Madre, es tarde y tenemos mucho trabajo que hacer, te hare una visita el fin de semana -habla el idiota quitando las manos de su madre de las mías antes de que pudiera decir algo, cuando sus manos se alejaron deje de sentir ese leve dolor.
-Es una promesa entonces Alekséi -lo mira, sonríe y camina hasta la puerta donde Ross estaba con la cabeza inclinada hacia bajo -. Los dejare trabajar, no se sobre esfuercen y descansen lo necesario.
-Te acompañare -el idiota sigue a la señora, que ahora que lo noto, tiene cara de pocos amigos desde que su madre llego.
-Por cierto, cariño, no olvides traer a esta hermosa señorita contigo -se detuvo a decir, justo antes de salir por la puerta con expresión seria. Bueno, esto es raro, muy raro. Él idiota, al igual que yo, no se lo esperaba y se puso aún más serio, pero antes de que yo pudiera decir que no podía, la señora salió y el idiota detrás de ella. Ross cerró la puerta y yo me quede de pie en la habitación.
Todo esto es extraño, mire la pila de trabajo que tenía en el pequeño escritorio que trajeron para mí. Bueno, obviamente el idiota no me llevara a ninguna parte y en caso de que lo quiera hacer, me negare. Lo único de lo que debía preocuparme es de mi trabajo, nada más. Sin pensar de más, me siento, me pongo mis audífonos y reproduzco back in black de AC/DC.
Poco a poco la luz del día se desvaneció a través de la enorme ventana del estudio, él idiota no había vuelto desde que salió tras su madre, lo que me alegra. Estaba por terminar, algo que seguro no hubiera logrado con él aquí. Representa mucha distracción para cualquiera que esté a su alrededor.
Estaba por terminar los últimos nombres de la larga lista de estudiantes escuchando el mejor cover del mundo: Beggin de maneskin, pero me arrancó los audífonos de golpe, y el silencio repentino me desorientó
-¿No le duelen los oídos con tanto ruido? Sus oídos pronto serán inservibles -me regaña él idiota, cogió mi celular del escritorio y pauso la música ¿es un anciano o qué? Solo mi madre de 45 años se molesta por esto.
-Perdón mamá, no lo volveré a hacer -respondí con sarcasmo y burla, ni siquiera estaba tan alto.
-Es usted exasperante -respondió a mi comentario con gracia en sus ojos, se veía algo irritado, pero me regalo una sonrisa de lado. Siento que lo único que le podría gustar de mí, es que le pelee y discuta siempre, parece excitarle mi enojo o cualquier cosa negativa que salga de mi hacia él. Antes de que pudiera responder, presiono, con sus grandes dedos mi barbilla y la subió en su dirección. Sentí sus carnosos labios sobre los míos, mierda, si no fuera por la pequeña chispa eléctrica que recorrió mi cuerpo cuando junto sus labios con los míos, lo hubiera empujado en seguida, quería empujarlo. Pero algo en mi cuerpo lo impedía, sentía el pulso de mi corazón demasiado acelerado, me senti, incapacaz de rechazarlo. Al ver que no le respondí el beso, mordió mi labio fuerte, gemir de dolor y aprovecho para meter su lengua en mi boca, volvió el beso más salvaje y hambriento. No pude evitar seguirlo de la misma forma. Puedo sentir que mi piel quema y la temperatura de mi cuerpo sube.
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El Dulce Sabor de la Perversión (En edición)
FantasyYazlyn ha sobrevivido a las sombras de su pasado, sin saber que el mayor peligro está en los brazos de quien dice amarla; de la oscuridad que lleva dentro y que arde por ella. "Un deseo ardiente se apoderó de mí, inundando cada fibra de mi ser con...