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Yandere Yue Au

En la residencia Tomioka Hima y Yue se encontraban en la cocina preparando la cena para recibir a los Varones de la familia.

La mayor tarareaba una suave melodia mientras picaba un poco de cebollin aunque en un momento dado miro de reojo a su asistente, su pequeña Yue y el como esta revolvía y mezclaba en un tazón los ingredientes para hacer una tempura manteniendo su ya carácteristico semblante vacío.

- Auch! - Gruñó ligeramente la mayor llamando instantáneamente la atención de la niña de 9 años.

- Oh! querida, tu torpe madre se ha lastimado - Le hablo suavemente Hima teniendo la vista puesta sobre el pequeño corte en su dedo índice. Yue en cuestión de unos pocos segundos noto el como la sangre de su madre goteaba en la tabla de picar

- ¿Te importaría limpiar la sangre en lo que yo me aplico un vendaje cielo? - Presgunto suavemente Hima, Yue sin rechistar tomó la tabla y la llevó al lavadero de la cocina.

Mientras la mayor desinfectado el pequeño corte volvería a dirigirle la vista a su hija solo para reír por lo bajo de una forma un tanto espeluznante.

- Ya esta - Comento suavemente Yue quien se encontraba de frente a su madre extendiéndole la ya "limpia" tabla, Hima simplemente esbozo una leve sonrisa.

- Gracias Tesoro, tal vez te sorprenda oír esto pero...de hecho la sangre sigue allí, mira déjame mostrarte - Hablo Hima para unos pocos segundo después sacar de uno de los cajones del mostrador un spray.

- ¿Vez esto cielo? Se llama luminol, déjame mostrarte que puede hacer - Hablo Hima de forma sombría. Yue no dijo nada y simplemente dejó la tabla en el mostrador de granito.

- Primero lo rociare donde estaba la sangre - Tal como dijo la mayor rocío una ligera capa del spray en la tabla. Yue lo vio con curiosidad pero si  borrar su semblante neutro.

- Ahora voy a apagar las luces - Replicó Hima bajando el interruptor dejando a oscuras la cocina.

- Seguido voy a utilizar luz ultravioleta, mira lo que puede hacer cariño - Hima del mismo cajón había sacado una lámpara de luz ultravioleta entendiéndola encima de la tabla revelando las manchas de su sangre.

- Lo vez. La sangre combinada con luminol va a brillar bajo la luz violeta, no es increíble - Hablo felizmente Hima sonriendo de forma leve, enseñarle esto a su hija le traía recuerdos del día en que su madre le enseñó esto mismo.

- Ahora cariño voy a enseñarte algo llamado agua oxigenada - Hima apago la lámpara dejandola de un lado de la tabla, subió el interruptor para que "se hiciera la luz" y saco del mismo cajón un frasco de H2O2.

La mayor bajo la atenta mirada de su hija procedió a derramar unas cuantas gotas de la sustancias para después espacirlas con un trapo de cocina.

- Ahora apagare las luces y... - Tomó de nueva cuenta la lámpara y volvió a bajar el interruptor.

- La sangre se ha ido completamente, nisiquiera la luz ultravioleta la resalta. No es eso increíble tesoro - Hablo con dicha en su voz la mayor, encendiendo las luces dejando en el mostrador junto al luminol la lámpara.

- Ya sabes la forma apropiada de limpiar sangre, espero y te sea útil...un día - Canturreo Hima viendo a los ojos a su hija quien la miraba con una expresión neutra.

Hima volvió a reír suave maliciosamente pero repentinamente su risa cesó.

- Oh Dios! Mira la hora, tu padre y hermano llegarán pronto, es mejor que terminemos de hacer la cena - Exclamó la mayor tomando la tabla para volver a lavarla con agua y jabón.

Una vez y la tabla por fin estuvo totalmente limpia Hima continuo con lo suyo picando vegetales para la ensalada que estaban preparando siendo vista de forma atenta por Yue quien a losbpocos segundo le aparto la mirada y siguió con lo suyo.

____

Ahora Yue con 16 años de edad se encontraba trapeando los pisos de su salón, hoy le había tocado a ella junto a otros compañeros la limpieza de algunos salones.

- ¡Hey Yue-chan! El tiempo de kimpieza terminó hace horas - La enérgica y fuerte voz de Kyoko Rengoku se hizo sonar cuestionandole a su amiga.

- Olvide este lugar - Hablo suave pero cortante la Tomioka, a la Rengoku no le importo ya conocía el modo de ser de su amiga.

- ¡Wow! tienes mucho esmero eso es de admirar!, te veo mañana Yue-chan! - Se despidió la Rengoku retirándose del lugar esperando llegar a casa y ser recibida por su hermanita y el delicioso aroma de la comida de su padre.

Yue vio a Kyoko irse atraves de la puerta del salón, dejó que unos cuantos segundos transcurrieran y continuo limpiando los pisos empezando a reír sin control alguno, algo que la Rengoku no noto fue el pequeño frasco de agua oxigenada en em bolsillo de la Tomioka. Su mamá tenía razón, esa enseñanza que le dio hace tantos años había resultado útil, ahora Sumiye Shinazugawa era historia y nunca nadie se enteraría de lo ocurrido.

Fin






Incorrect Quotes Giyukana [Volumen 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora